LONDRES.

Agentes fronterizos británicos ayudaban ayer a las autoridades francesas a lidiar con un embotellamiento enorme de viajeros que intentan cruzar el Canal de La Mancha hacia Francia.

Los retrasos peligrosos, en medio de un tiempo caliente y húmedo, ocurren por el inicio de la temporada británica de vacaciones, cuando decenas de miles de turistas se dirigen a Europa continental.

Las autoridades francesas han ampliado los controles fronterizos debido al estado de excepción que fue declarado después de repetidos ataques terroristas contra civiles.

El aumento de las medidas de seguridad ha causado enormes filas de automóviles y camiones en las carreteras que conducen a Dover.

Las autoridades advirtieron ayer que los conductores enfrentan esperas de al menos cinco horas para ingresar al puerto del ferry en Dover o al Túnel del Canal hacia Francia.

Había voluntarios repartiendo barras de granola y agua embotellada a los automovilistas varados, con apoyo de helicópteros de la policía.

Algunos conductores se quejaron de pasar 15 horas en fila ante la demora en los procedimientos de seguridad durante el apogeo de la temporada vacacional. Los problemas comenzaron del viernes.