El gobierno de Juan Manuel Santos y los rebeldes del ELN pactaron este lunes en Quito un alto al fuego temporal que regirá a partir del 1 de octubre en Colombia, adonde llegará el papa Francisco esta semana.
El acuerdo con la última guerrilla activa del país “entrará a regir el próximo 1 de octubre. Tendrá una vigencia inicial de 102 días, es decir irá hasta el 12 de enero del próximo año”, explicó Santos en un mensaje televisado.
El cese al fuego supone el mayor avance alcanzado por las partes desde que iniciaron negociaciones en Quito en febrero, con miras a terminar con un enfrentamiento de más de medio siglo.
Durante este período de tregua, también “cesarán los secuestros, los ataques a los oleoductos y demás hostilidades contra la población civil”, afirmó Santos.
Por su parte, el gobierno se comprometió a mejorar las condiciones carcelarias de los presos del ELN y a fortalecer la protección a líderes sociales.
Es la primera vez, desde que se levantó en armas en 1964, que el ELN se compromete a detener sus acciones de manera recíproca. Antes ya había suspendido su lucha con el Ejército de manera unilateral por períodos breves.
Según el presidente, el compromiso es una “gran noticia” de bienvenida para el pontífice argentino, quien aterrizará en Bogotá este miércoles tras apoyar la firma de la paz con la ya exguerrilla de las FARC en noviembre último.
Santos, Premio Nobel de Paz en 2016, afirmó que el alto al fuego con el ELN podrá ser renovado “en la medida en que se cumpla y se avance en las negociaciones sobre los demás puntos”.
En Quito, las delegaciones de paz anunciaron que un mecanismo conformado por la ONU, el gobierno, los rebeldes y la Iglesia católica verificará sobre el terreno el cumplimiento de lo acordado.
– El reto de cumplir –
Pablo Beltrán, jefe del equipo negociador del ELN, asumió como un “reto” el cumplimiento del cese al fuego y coincidió en que este es el “primer milagro de la visita del papa”. “Esperamos honrar esta palabra”, enfatizó.
En un comunicado, la ONU saludó el acuerdo como “un paso concreto hacia el pleno respeto y aplicación del Derecho Internacional Humanitario” y confió en que también contribuir a construir “confianza en el proceso de paz”.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), que según las autoridades cuenta con unos 1.500 combatientes, afirmó que seguirá empeñado en “avanzar hacia el desescalamiento del conflicto, hasta que la Paz Completa sea una realidad”.
El enfrentamiento en Colombia, que además de las fuerzas del Estado y las guerrillas ha involucrado a grupos narcotraficantes y de ultraderecha, deja unos 7,5 millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
Durante su visita de cinco días, Francisco promoverá justamente la reconciliación, tras respaldar el acuerdo que permitió el desarme de 7.000 combatientes y la transformación en partido político de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Surgido al igual que las FARC en 1964, el ELN creció bajo el influjo de la Revolución cubana y la Teología de la Liberación, una corriente de la Iglesia católica que defendía la lucha a favor de los más pobres.
El gobierno y su contraparte en Quito trabajarán hasta el 23 de septiembre en temas logísticos del cese y abrirán el cuarto ciclo de conversaciones el 23 de octubre en esa ciudad.
– Un cese “frágil” –
Durante los últimos días, las delegaciones venían avanzando en el tema del alto al fuego, pero dos ataques atribuidos al ELN -uno contra un oleoducto y otro contra una patrulla fluvial que dejó tres militares heridos y uno muerto- pusieron los diálogos en vilo.
Incluso se esperaba que la suspensión bilateral de las acciones militares empezara a regir con la llegada de Francisco. “Si bien está pactado para que inicie el primero de octubre, la aspiración nuestra es que empiece hoy mismo (…) esperamos que también sea el espíritu del gobierno”, agregó Beltrán.
Algunos observadores creen que el alto al fuego con el ELN podría ser más frágil del que en su momento rigió con las FARC. Las razones: la estructura federada del ELN y la duda por el compromiso de algunos frentes con el proceso de paz.
“Hay que ser muy realista: este cese al fuego va a ser bastante frágil (…) y podría ser hasta cierto punto contraproducente y en lugar de dinamizar las negociaciones, podría terminar congelándolas”, dijo el analista Frédéric Massé.
Para el investigador Camilo Echandía, a diferencia de las FARC, el ELN no tiene una cohesión de mando. “El problema es garantizar el cumplimiento del cese al fuego en una organización que no se va a concentrar”, afirmó.
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