Una preocupante situación enfrentan las Pampas de Vilacurú de Ica, en Perú, debido al estado de emergencia hídrica que rige en el lugar desde el año 2005. Un reportaje del portal Ojo Público reveló que sus tierras dejarían de servir para la agricultura este año, debido a que el agua subterránea ya no se recarga de forma natural.

La investigación confirmó que, según el registro de la Autoridad nacional del Agua (ANA), elaborado en 2017, por lo menos 314 de los 474 pozos identificados en Villacurí funcionan sin licencia. Si bien existe la prohibición de abrir nuevos pozos en Ica desde hace trece años, la medida no se ha cumplido con rigidez, debido a que la propia ANA aprobó normas extraordinarias e hizo concesiones especiales a favor de las empresas e inversiones del “boom agroexportador” del vecino país.

Villacurí es una de las zonas emblemáticas del denominado “milagro agroexportador”. De acuerdo a las revelaciones de Ojo Público, tiene 139 empresas agroexportadoras que requieren 83 millones de metros cúbicos de agua al año para regar sus cultivos. Este volumen equivale a un total de 33.190 piscinas olímpicas llenas. A pesar de estas cifras escalofriantes, la cantidad de agua utilizada todavía puede ser mayor, puesto que no hay registro del agua extraído de los pozos informales.

Respecto a los registros extraordinarios emitidos tras el decreto de emergencia hídrica, fueron emitidos entre 2008 y 2017, abarcando la gestión de siete ministros de Agricultura del Perú, de los cuales dos son empresarios del agro: Ismael Benavides y Rafael Quevedo. El primero, por ejemplo, es propietario de agroexportadoras de uvas y espárragos en Ica.

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Source: El Ciudadano