Con el número 9 en la espalda, Nadia Nadim ha ido cumpliendo uno a uno sus sueños hasta el punto de convertirse en una de las delanteras más letales del fútbol. Un camino imposible de predecir cuando llegó a Dinamarca de niña tras huir de Afganistán junto a su madre y sus hermanas. “Yo nací y crecí en Afganistán. Mi papá trabajó para los militares y cuando el Talibán tomó el poder él fue asesinado”, contó acerca de lo que ocurrió en el año 2000.
“Para mi mamá y mis cinco hermanas fue muy difícil vivir en un país donde las mujeres no tienen nada que decir”, dice. Hace unos días fue contratada por el Manchester City, actuales campeonas de la liga inglesa, equipo al que llegará una vez concluya su relación con el Portland Thorn, el equipo con más seguidores del campeonato en Estados Unidos.
Mientras que la temporada pasada guió al Portland al título de la temporada regular con sus nueve goles, esta semana saldrá a la cancha para disputar la semifinales de los play off frente al Orlando Pride a la brasileña Marta. Su impacto también se ha sentido a nivel de selecciones, anotando el gol que abrió el camino para la sorpresiva victoria de Dinamarca sobre Alemania y siendo una de las figuras en el subcampeonato conseguido por el combinado nórdico.
En la final también convirtió un tanto, aunque no pudo evitar la derrota contra la selección anfitriona, Holanda. Nadim recordó que utilizando pasaportes falsos llegó a Italia y en la parte de atrás de un camión terminó en Dinamarca.
“La primera vez que jugué fútbol fue en el campamento de refugiados donde nos recibieron. Allí fue donde comenzó mi pasión por el balón”, le dijo a la BBC.
“Antes de venir a Dinamarca nunca había visto a ninguna mujer hacer algún tipo de deporte. No estabas autorizada a ir a la escuela o a salir sola. Tener esta libertad de hacer lo que quería fue genial”, comentó.
Para la delantera lo que más le llamó del fútbol fue lo simple que del juego, además que parecía no importar saber “quién eres, el color de tu piel o qué pasado tienes”, sólo jugar. “Si mi familia no hubiera huido de Afganistán probablemente no estaría viva. La mentalidad que tengo y de la manera que crecí no se compaginan con una sociedad en la que no tienes voz”, señaló agradecida.
Además de jugar, la seleccionada danesa también estudia medicina porque “me gustaría hacer algo más que el fútbol”.
“Creo que todo el mundo merece una segunda oportunidad”, reflexionó.
“Es verdad que amo el fútbol y es mi pasatiempo, es mi pasión, pero también me gustaría hacer algo que tuviera un impacto en la vida de otros”.
“Tuve mucha gente que tuvo un impacto directo en mi vida, en la persona que soy hoy, y me gustaría estar en una posición similar para ayudar a otra gente”, afirmó.
Pero antes de ser una doctora, Nadim sabe que tiene un doble desafío por delante.
Primero llevar al Portland al título en Estados Unidos y luego vestirse con la camiseta celeste del Manchester City en su regreso al fútbol europeo.
“Siempre ha sido tratar de hacer lo que te hace feliz y eso es lo que hago”, asegura agregando que “es un honor y estoy agradecida de hacer esto para vivir, no se siente un trabajo, sino es como cuando empecé”. “La única diferencia es que lo haces frente a 20.000 personas y no en el patio de mi casa o en un centro de refugiados”, recordó sobre el lugar en el que comenzó.
Source: El Ciudadano