A partir de 2015, la SEMS ha establecido que los supervisores deben estar en contacto cercano con la comunidad educativa de los planteles de educación media superior.
En el año 2015, la SEMS lanzó una convocatoria para asignar 201 plazas de supervisión en el ámbito de la educación media superior. Estas plazas se dividen en 140 Supervisores de Campo, 25 Coordinadores Regionales de DGETA, 28 Coordinadores Regionales de DGETI y 8 Coordinadores Regionales de SEMS.
Con este grupo, la SEMS ha comenzado a supervisar las escuelas, dejando claro que el supervisor es la persona encargada de garantizar que se cumplan las normas y regulaciones, así como brindar apoyo y asesoramiento a las escuelas para mejorar la calidad de la educación. Además, fomenta la comunicación entre las escuelas, los padres y las comunidades, y realiza cualquier otra tarea necesaria para asegurar el buen funcionamiento de las escuelas y el logro de los objetivos educativos.
En el año 2020, la Secretaría de Educación Media Superior (SEMS) emitió una guía operativa para la organización y funcionamiento de los supervisores de Educación Media Superior. Uno de los objetivos principales establecidos en esta guía es implementar un proceso integral de supervisión que contribuya a lograr una educación de calidad y equidad en los planteles federales a cargo de la SEMS. Esto incluye brindar oportunidades de acceso, programas relevantes y pertinentes, así como espacios dignos y libres de violencia. Además, se espera que los estudiantes estén comprometidos con su escuela, su comunidad y la sociedad en general. La supervisión es directamente responsabilidad del titular de la SEMS y se lleva a cabo a través de 184 supervisores distribuidos en 31 entidades federativas y la Ciudad de México.
En el año 2023, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) dio a conocer el estudio titulado "El papel del personal de supervisión: nuevas interpretaciones en respuesta al cambio en el plan de estudios. Una intervención formativa emergente (IFE)".
Es importante reconocer que para crear la IFE es necesario identificar los problemas o desafíos que los supervisores enfrentan al implementar un cambio en el currículo. Esto nos ayudará a determinar cómo mejorar su enfoque, establecer el propósito de la intervención, los temas a tratar y el método de formación adecuado para abordar la situación.
Con el fin de entender mejor el problema, se llevaron a cabo entrevistas con supervisores, quienes identificaron varios desafíos importantes. Estos incluyen la resistencia al cambio por parte de las comunidades escolares, la falta de conocimiento sobre el plan de estudios entre las mismas comunidades y la falta de colaboración entre todos los actores involucrados. Además, los supervisores también señalaron que ellos mismos y las comunidades escolares los perciben como agentes externos y desconectados de las escuelas que supervisan.
MEJOREDU plantea cambiar la forma en la que los supervisores desempeñan su papel en la IFE, mediante la implementación de acciones que fomenten la reflexión en la comunidad escolar.
A partir de 2015, la SEMS ha indicado que es importante que el supervisor esté cercano a la comunidad educativa de las escuelas, realice una supervisión completa, proponga y siga acciones de mejora. Sin embargo, al leer el análisis que respalda la Intervención formativa emergente, se puede entender que el supervisor debe revisar y evaluar su rol en la mejora del servicio educativo que brindan las escuelas, así como en la implementación del currículo común.
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