REAL MADRID | SUPERCAMPEÓN DE EUROPA
El Real Madrid conquistó la cuarta Supercopa de Europa de su historia, tercera de los últimos cuatro años, con una trabajada victoria ante el Manchester United.
El equipo de Zinedine Zidane fue muy superior durante casi todo el partido, pero no resolvió el partido hasta el final, con mayor protagonismo del centro del campo en detrimento de una delantera de la que se esperaba más en ausencia de Cristiano Ronaldo.
El comienzo del partido tuvo un protagonista inesperado: Casemiro.
El brasileño se sigue despegando etiquetas a la menor ocasión y empezó la temporada como acabó la anterior, marcando. Y no sólo eso, sino con un creciente protagonismo ofensivo, más vertical y sin desatender sus labores. Suyo fue un cabezazo al larguero a los 15 minutos, cuando el partido aún se desperezaba. Hasta entonces, el partido tenía poca sustancia. De ahí en adelante, salvo un contragolpe del United desperdiciado por Pogba, el Madrid tomó el mando.
Mourinho había salido con tres centrales, uno de ellos Darmian, y dos carrileros. No salió echado atrás, pero lo hizo ante el empuje blanco, tras la mencionada ocasión. Carvajal, con un pase cruzado, encontró a espaldas de la defensa a Casemiro, libre de vigilancia. El brasileño marcó en posición dudosa, como demostró su mirada al juez de línea antes de celebrar abiertamente el gol.
El Real Madrid siguió mandando, sin respuesta del United. El 2-0, obra de Isco, parecía apagar las luces. Por la distancia y por la autoridad con la que marcó el malagueño, al que Bale devolvió una pared al primer toque. El United no articulaba respuesta pero, con todas sus dificultades, logró mantener el aliento.
Lo hizo gracias a Lukaku, aunque tuvo que ser a la segunda. A la primera, Pogba cabeceó ante Keylor Navas, cuyo rechace blando fue a pies del belga, que la reventó… fuera. Sólo unos minutos después, Lukaku sí mandó a la red un nuevo despeje de Navas, esta vez a disparo de Mkhitaryan. Entre una cosa y otra, Bale estrelló en el larguero un remate que habría cerrado el partido.
Entre ánimo y físico, el United creció al fin. Con un cuarto de hora por delante, Zidane dio entrada a Marco Asensio y Lucas Vázquez por Bale e Isco. La dinámica no cambió, y Rashford tuvo la prórroga en sus botas pero cruzó demasiado ante Navas.
Con siete de descuento por la pausa hidratante y la atención a Fellaini, el Madrid estaba condenado a sufrir. El propio Fellaini puso a prueba a Navas y Marco Asensio, a De Gea. Sergio Ramos perdonó de cabeza la sentencia, a un minuto del 93.
En:
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