- La invasión de los Labubus de edición limitada puede alcanzar hasta $15 mil pesos.
POR NADIA LEGORRETA
Atrás quedaron los días en que un bolso era solo un accesorio funcional para cargar el celular, las llaves y ese labial que nunca encontramos a tiempo. Hoy, las bolsas de mano son un lienzo de expresión, y su joyería son los charms, juguetes y cualquier cosa que te haga decir: “Esto no tiene sentido, pero se ve genial”.
La invasión de los Labubus.
Si has notado pequeñas criaturas nordicas con enormes sonrisas colgando de bolsos por ahí, felicitaciones, has sido testigo del dominio silencioso de Labubu. Este muñeco, parte de la serie The Monsters de POP MART, nació en 2015 de la imaginación del artista hongkonés Kasing Lung, quien decidió mezclar mitología nórdica con un toque de travesura. Y vaya que lo logró. Labubu no solo es lindo; tiene actitud, y aparentemente, un magnetismo especial para engancharse a tu bolso favorito.
Pero no todo es diversión y juegos. Labubu también tiene un precio, y no hablamos de los $200 a $400 pesos que cuesta en su primera edición. No, hablamos del mercado de reventa, donde un Labubu raro o de edición limitada puede alcanzar hasta $15 mil pesos o más. De repente, ese pequeño muñeco convierte tu tote bag de $1,000 pesos en un accesorio más caro que el bolso de diseñador de tu amiga. Así es, Labubu no solo adorna, sino que también eleva tu outfit a niveles de lujo inimaginables.
¿Quién puso de moda los charms?
Aunque los charms para bolsos pueden parecer una tendencia reciente, tienen raíces más antiguas. En la década de 1950, marcas como Hermès ya ofrecían pequeños colgantes y pañuelos para personalizar bolsos icónicos como el Birkin o el Kelly. Sin embargo, fue en 2013 cuando el legendario Karl Lagerfeld marcó un antes y un después al lanzar los Bag Bugs de Fendi. Estas criaturas peludas y de mirada gruñona se convirtieron en un fenómeno global, demostrando que el lujo también podía extravagante.
Desde entonces, firmas como Louis Vuitton, Prada y Gucci han seguido la fórmula, creando sus propias líneas de charms y colgantes. Los bolsos dejaron de ser solo funcionales para convertirse en una declaración de estilo y personalidad.
El encanto de lo absurdo
Pero ¿qué nos atrae de colgar juguetes en nuestras bolsas? Considero que por nostalgia y un toque de irreverencia. Porque, seamos sinceros, ¿qué tan serio puedes tomarte a alguien que lleva una figura de Labubu en su bolso Chanel? Este movimiento es la rebelión silenciosa contra la monotonía, una manera de decir: “Sí, tengo estilo, pero también tengo sentido del humor”.
Además, el fenómeno se democratizó. No necesitas un Fendi para sumarte; basta con un tote bag y una figura coleccionable de POP MART o un llavero vintage de tu infancia. Y si te gusta el maximalismo, adelante: cuelga todo lo que encuentres. Más es más, ¿no?
El accesorio que define una generación
En un mundo donde el contenido visual lo es todo, los charms y juguetes se han convertido en algo más que decoración. Son conversación, identidad y, en muchos casos, un guiño a nuestra obsesión por coleccionar. Porque, al final del día, un Labubu no es solo un adorno; es un recordatorio de que la moda también puede ser divertida y un poquito ridícula.
Así que, si todavía no has adornado tu bolso con un toque de esta tendencia, ¿qué estás esperando? Tal vez no te conviertas en la próxima it-girl o en Lisa cantante de Black Pink, pero al menos tendrás a Labubu colgando de tu bolso. Y quién sabe, con un charm de edición limitada, podrías terminar llevando el accesorio más caro de la habitación… sin siquiera darte cuenta.