Resulta demasiado difícil, parece, siquiera intentar lograr cambiar un poco nuestro actual modo de vida.
Si reflexionamos un poco, parece que este modo permite la interacción exacerbada de contacto entre personas para simbolizar hechos que van desde la parte emotiva hasta la económica, (véase mercancía) es decir que lo engloba todo.
Tenemos contacto con nuestros seres queridos porque eso demuestra afecto y estrechamos manos para saludar a las personas y para cerrar negocios.
Aunque la gente, -alguna-, esta tratando de evitar los contactos con otras personas, esto resulta muy difícil pues, como he mencionado, todas nuestras interacciones en el día, muchas o pocas, son posibilidades de contagiarnos unos a otros.
Ya sea que solo se vaya una o mas veces al día a “la tienda de la esquina” o cualquier comercio local para satisfacer una necesidad en el hogar, eso significa una o mas posibilidades de contagio.
Incluso si se pide un delivery service, o servicio a domicilio, hay posibilidad de que ambos individuos tengan un “encontronazo” entre sus manos al pagar o recibir su articulo.
Ni se diga si es usted de los que esta yendo a ver a la familia o recibiendo visitas, porque entonces si ni hablar.
Difícil pues el intento de reducir al mínimo expresiones que son parte de nuestra vida humana (que no solo llega a los humanos, sino que se extiende a los animales también cuando les damos afecto abrazándolos o tocándolos).
Y es que estamos tan acostumbrados a usar nuestras manos para comunicarnos que nuestras palabras parecen no ser suficientes. Todo el tiempo queremos besar o abrazar a nuestras espos@s y a nuestros hij@s pero no estamos en tiempos para esto.
No porque no haya espacio para el amor sino porque la ausencia de el ha enfermado las acciones del ser humano por todo el mundo al grado de prohibirle, por su seguridad, el contacto.
Vaya lió.