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Durante años hemos escuchado las advertencias, aunque posiblemente en los últimos meses la posibilidad parece más real que nunca. ¿Qué ocurriría en el hipotético caso de que Corea del Norte accionara el botón y llevara a cabo un ataque nuclear contra Estados Unidos?

Quizás, antes del improbable escenario, habría que preguntarse si Corea del Norte realmente sería capaz de ello. Nadie lo sabe con certeza, pero sí podemos hacernos una idea de las posibles medidas de Estados Unidos y sus aliados a través de los protocolos.

Para Jordan Phillips, doctor en relaciones internacionales en Chicago, la respuesta corta es de sentido común: inmediatamente habrían grandes represalias, algunas de carácter nuclear contra blancos militares norcoreanos. Sin embargo, Phillips aporta un punto de vista muy interesante: qué ocurriría desde la perspectiva de las normas y regulaciones de las relaciones internacionales:

Kim Jong-un. AP

“Normas” son expectativas generales sobre cómo interactúan los estados entre sí. De esta forma, entre los países saben qué pueden comerciar entre sí, si se pueden (o no) boicotear unos a otros, o incluso si se pueden bombardear entre sí. Se trata de las reglas del juego. Un ataque nuclear preventivo por parte de Corea del Norte sería una violación radical de todas las normas del sistema.

El profesor no duda que se tomarían represalias drásticas, pero distingue entre tipos de armas nucleares. Para Phillips, no es lo mismo emplear un arma capaz de destruir ciudades enteras (estrategia contravalor), que las más pequeñas y estratégicas dirigidas a una base militar, las denominadas armas de “contrafuerza”.

Me inclinaría claramente porque las instalaciones nucleares no están en Pyongyang u otros centros de población. Probablemente se encuentren en bases militares en medio de la nada. Por esa razón, creo que Estados Unidos responderían con armas nucleares de contrafuerza contra objetivos militares de Corea del Norte.

Kim Jong-un con uno de los misiles el 14 de mayo del 2017. (Korean Central News Agency, KCNA)

Phillips está seguro del uso de muchas armas convencionales contra la infraestructura del gobierno en Pyongyang, pero ve extremadamente improbable que Estados Unidos utilice armas nucleares de contravalor contra centros de población de Corea del Norte. Las regulaciones contra la matanza masiva de civiles así lo dictan:

Creo que después del extenso bombardeo convencional no habría gobierno de Corea del Norte del que hablar. Su capacidad de mando y control sería, en cuestión de horas, completamente erradicada. Habría un espacio con gente, pero Corea del Norte como estado-nación estaría muerta.

Ramzi Amri, doctorado en Stanford, se muestra escéptico ante una inminente respuesta devastadora de Estados Unidos. Para empezar, pone en duda la capacidad de un ataque de esta envergadura por parte de Corea del Norte:

El submarino nuclear USS Michigan, armado con 154 misiles tomahawk, llegando a Busan, Corea del Sur, el 24 de abril de 2017 (Foto: Armada de los Estados Unidos).

No dudo en las represalias, pero Estados Unidos probablemente no haría uso de armamento nuclear debido a los compromisos de los tratados y por temor a enfurecer, especialmente, a los antagonistas del Consejo de Seguridad de China o, en menor medida, a Rusia o Francia.

Sea como fuere, para Amri la respuesta sería rápida. Estados Unidos tiene fuerzas desplegadas en el Sur de la península coreana y contaría con el apoyo de las propias fuerzas armadas surcoreanas y las fuerzas de la OTAN:

Presumiendo que China no intervenga, Corea del Norte probablemente sería aniquilada en cuestión de semanas o incluso días, aunque no sin una fuerte resistencia del que es el cuarto mayor ejército del mundo y sin duda uno de los más peligrosos.

Hombres y mujeres de Corea del Norte caminando en un área residencial de Pyongyang, 25 de abril de 2017 (AP Images / Eric Talmadge).

David Wright, científico que trabaja en el programa de seguridad global UCS, y Markus Schiller, experto analista en misiles, describen cómo se desarrollarían los acontecimientos si ocurriera lo impensable:

Los plazos serían cortos. El presidente Trump tendría tal vez 10 minutos para decidir si lanzar un misil de represalia. Si Kim Jong-un tuviera la capacidad de alcanzar objetivos estadounidenses, las cosas podrían ponerse muy feas en poco tiempo. Pensemos que un misil balístico intercontinental disparado desde el Reino Unido llegaría en media hora a la costa oeste de Estados Unidos.

Sin embargo, los aliados estadounidenses alrededor de la península coreana tendrían una ventana aún más corta si Kim decidiera atacar a sus vecinos. Las personas que viven en Seúl probablemente no tendrían más de seis minutos desde el momento en que se lanzó un misil hasta el momento en que alcanzó el objetivo.

Por último, el experto en relaciones internacionales, Ryan Pickrell, añade una nueva posibilidad. Normalmente, tanto Estados Unidos como Corea del Sur cuentan con planes de lanzamientos preventivos para una situación en la que un ataque nuclear norcoreano parece inminente.

En el caso de Corea del Sur, cuentan con un sistema de defensa de tres etapas. La primera es una opción preventiva de lanzamiento de misiles diseñada para eliminar las capacidades ofensivas del Norte. El sistema de ataque preventivo “Kill Chain” detecta señales ante un inminente lanzamiento de misiles nucleares y ataca los lugares de armas nucleares del Norte y las bases de misiles con misiles de crucero. Según Pickrell:

Lanzamiento de cuatro misiles desde Corea del Norte a comienzos de marzo. Foto: AP

Estados Unidos y Corea del Sur también tienen un plan de respuesta conjunto, el Plan de Operaciones (OPLAN) 5015. En el caso de que un ataque de misiles nucleares pareciera inminente, las fuerzas aliadas podrían intentar eliminar los misiles antes del lanzamiento. De hecho, Mike Mullen, ex presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, dijo el año pasado que Estados Unidos podría poner en marcha el plan si Corea del Norte parece lista para lanzar un misil nuclear.

Llegados a este punto, lo mejor que podemos decir es que no dejan de ser hipótesis. En lo que sí parecen estar casi todos de acuerdo es en que la respuesta supondría el fin de Pyongyang hoy. Por tanto, parece más factible que Corea del Norte nunca lleve a cabo un ataque semejante. Después de todo, la única manera de evitar perder la guerra, es no entrar en ella. [Quora, NYPost, The Daily Caller]