Mikah Frye es un ejemplo, no sólo para otros niños, sino que para todo el mundo. Es que este chico de 9 años acaba de hacer algo simplemente hermoso y recibió la mejor recompensa del mundo.
Hace 3 años la familia de Mikah pasó por tiempos difíciles: perdieron su hogar y tuvieron que vivir en un refugio durante varias semanas. En el refugio todos los días le pasaban una manta, pero todos los días debía devolverla. Mikah vivió de cerca la pobreza, así que él quería ayudar a la gente para que no pasaran por lo mismo que él.
Los tiempos difíciles causaron una impresión permanente en Mikah. Este año, cuando vio a personas necesitadas en la calle junto en el frío condado de Ashland, la vista lo afectó profundamente. En su mente hizo unos cálculos rápidos, recordando la Xbox que tanto anhelaba para navidad y ahora que su familia se había recuperado de la crisis financiera, por fin podían regalarle.
Pero la generosidad de Mikah fue más grande y en vez de comprar su querida Xbox, pensó que si ese dinero lo utilizaba en comprar mantas, le alcanzarian varias. Y así lo hizo. Compró 30 frazadas para dársela a cada persona sin hogar que encontrara.
“Sabía lo que era no tener una manta por la noche y tener que devolverla”, dijo su abuela, Terry Brant. “Entonces, lo primero que quería hacer era darles una manta que pudieran conservar”.
La familia cumplió con su pedido desinteresado. En lugar de recibir una Xbox, le compraron 60 mantas y se las dieron a los necesitados del refugio Access, el programa de emergencia que los ayudó cuando no tenían hogar. Luego Mikah escribió una conmovedora y esperanzada carta a los destinatarios de las mantas.
La noticia de la buena acción de Mikah se extendió rápidamente, llamando la atención del fabricante de Xbox, la gran Microsoft. La compañía se conmovió con la historia de Mikah y quiso recompensar su lindo espíritu y acción.
Entonces lo que pasó fue inesperado pero increíble: Microsoft le regaló la Xbox a la que había renunciado por comprar mantas. Mikah simplemente no lo podía creer. “Cuando me llamaron y me dijeron, estaba llorando por teléfono al instante, y no podía creerlo”, dijo Terry sobre la sorpresa.
Y no sólo le dieron una Xbox, sino que una bolsa llena de otros regalos como juegos, controles, vasos de la compañía, entre otros elementos. Mikah realmente no pudo contener su emoción y su cara lo dice todo.
Este niño nos enseña a que dar una acción desinteresada es lo realmente importante en navidad. Y quien sabe, quizás puedas obtener una hermosa recompensa como este niño.
¡Gracias Mikah! Necesitamos más personas como tú y aprender de ti.
Source: UPSOCL
