Un ciudadano hispano en el estado de Colorado interpuso una demanda por haber sido golpeado injustamente por los agentes de la policía de Aurora, que intentaban arrestarlo debido a una presunta investigación de una queja vecinal por el exceso de ruido.
Jaime Alberto Torres Soto, de 30 años de edad, presentó la demanda en el Tribunal del Distrito de Colorado, EEUU, contra la ciudad y los agentes de la policía quienes respondían a los nombres de Ethan Yazdani, Kristi Mason y el sargento Reginald DePass, por presuntamente violar los derechos de la 14a Enmienda del ciudadano que protege los derechos de las personas sean o no ciudadanos.
La demanda suscribió que el incidente que involucra a Torres es sólo un ejemplo reciente de que la policía de Aurora usa la fuerza excesiva contra las personas de color, y que los oficiales han conspirado para encubrir la investigación.
Aunque Torres nació en México, los registros de la Oficina de Investigación de Colorado afirmaron que el denunciante tiene la ciudadanía norteamericana.
La demanda se deriva de un altercado que ocurrió en un garaje al lado de la casa de Torres poco después de la medianoche del 21 de noviembre de 2016, cuando el oficial Yazdani se presentó a la casa de Torres después de que un vecino reportara un exceso de ruido.
Yazdani se acercó a tres hombres, entre los que se encontraba Torres, quienes escuchaban música y trabajaban en una camioneta blanca estacionada a la mitad de un garaje.
Un video grabado por las cámaras que portaban las autoridades deja al descubierto la violencia con la que el policía arremetió contra estos hombres de origen latino.
En la grabación se logra apreciar a Yazdani discutiendo con dos hombres fuera del garaje mientras que Torres se quedó en el edificio con su móvil.
Yazdani le ordenó a Torres, quien según el agente habla poco inglés, que saliera del garaje. Pero él y los otros hombres argumentaron que esperaban a una mujer para que ayudara a traducirles.
Tras solicitarle que saliera, los oficiales entraron por Torres, quien salió con las manos extendidas al frente, pero los oficiales lo detuvieron retorciéndole las extremidades hacia la espalda, lo que provocó los gritos de dolor de Torres.
“Me estás torciendo el brazo”, expresó en español Torres al menos ocho veces mientras gritaba de dolor.
La demanda aseguró que los oficiales golpearon repetidamente en la cabeza a Torres, quien se encontraba tirado sobre el pavimento. Le provocaron fuertes lesiones en los ojos, la cara, la cabeza, los hombros y la espalda.
En las imágenes también se puede escuchar a Torres gritar otra vez cuando los oficiales lo llevan a una patrulla. Luego dice repetidamente en inglés y español que los oficiales son “racistas”.
En su momento, Torres fue acusado de alterar la paz, de resistirse al arresto y no obedecer a una orden legal, pero posteriormente fue absuelto de los dos últimos cargos en un juicio, según suscribe la demanda que presentaron sus abogados.
El documento solicita un nuevo juicio y una suma monetaria, la cual no se encuentra especificada, por los daños sufridos a causa de las agresiones y como compensación de lo ocurrido.
Cabe aclarar que Torres no había sido acusado de ningún otro delito en Colorado antes de su arresto hace dos años, según muestran los registros policiales.
“Sólo estaba arreglando un auto en mi garaje. No estaba lastimando a nadie”, dijo Torres en una declaración. “Pero la policía de Aurora me dio una paliza. No les importó que estuviera gritando de dolor. Ahora le tengo miedo a la policía”, agregó.
La demanda alega que el agente Mason conspiró para encubrir el incidente en el garaje de Torres al ordenar a la esposa de Torres, María Ibarra, que dejara de grabar el altercado, según el medio digital Sentiel.
La queja interpuesta en los tribunales también hizo referencia a otros casos de abuso de fuerza por parte de los oficiales de policía de Aurora y se muestra a las autoridades de la ciudad como un órgano corrupto que se aprovecha de los ciudadanos que no son blancos.
“En Aurora es costumbre que los oficiales usen una fuerza excesiva contra las personas de color y luego los acusen de delitos falsos para ocultar que los oficiales usaron la fuerza excesiva”, dice la demanda.
“Estas acusaciones suelen contribuir para resistir el arresto, obstruir las investigaciones, encubrir el incumplimiento de una orden legal o una combinación de todos los casos”.
En este documento se hace referencia a una docena de incidentes que se han sumado desde el 2003, en los cuales los oficiales de Aurora presuntamente usaron la fuerza excesiva contra los residentes negros e hispanos. La ciudad pagó millones de dólares para poder “saldar”estas reclamaciones.
En su momento, de acuerdo con la demanda, el sargento DePass se encargó de revisar el incidente y absolvió a los policías involucrados, quienes no utilizaron acciones coercitivas en ningún momento.
“El Departamento de Policía de Aurora toma muy en serio las acusaciones de mala conducta y se requiere que los oficiales mantengan el alto nivel de conducta que se espera de los miembros de nuestra comunidad”, escribió el agente Matt Longshore, portavoz del departamento de policía en un comunicado.
“Además, el Departamento de Policía de Aurora se esfuerza por la responsabilidad que tiene sobre sus oficiales y trabaja arduamente dentro de la comunidad para promover la transparencia”, añadió.
Los abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), Mark Silverstein y Rebecca Wallace presentaron la demanda en cooperación con los abogados privados de Torres, Mari Newman y Andrew McNulty.
“El señor Torres cumplió con la orden ilegal del oficial sólo para ser recibido con la fuerza bruta. Posteriormente se le asignó al supervisor en la escena, quien participó en la golpiza, para evaluar el uso coercitivo de la fuerza”, dijo Newman en un comunicado.
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Source: Infobae