El 9 de abril de 1923, la periodista Alma Reed, publicaba en el diario The New York Timesuna entrevista con Edward H. Thompson, ex cónsul de Estados Unidos en Mérida, Yucatán.
En la entrevista Thompson reseñaba cómo durante los años que tenía en México había aprendido de la cultura Maya, sus tradiciones y cómo había realizado algunos descubrimientos arqueológicos.
El diplomático era propietario de distintas fincas que colindaban con zonas sagradas y una en particular, la hacienda Chichén Itzá, incluía en sus terrenos un cenote sagrado.
Según narró a la periodista, un día buceando en la zona del cenote, donde siempre estuvo convencido que había vestigios históricos, encontró unas osamentas que al ser analizadas se descubrió que, por su antigüedad, eran restos de los viejos antiguos indígenas mexicanos.
“‘Don Eduardo’ –así era conocido en la zona- contó como los científicos se quedaron impresionados por la extraña belleza de un cuchillo para sacrificios de una longitud de 14 pulgadas”, narraba Reed en el NYT.
Pero 3 años después, la suerte de “Don Eduardo” cambió y de ser el gran descubridor, en noviembre de 1926 pasó a ser buscado por la justicia mexicana acusado de saqueó a la Nación.
Una vieja publicación del Diario Oficial de la Federación (DOF), del 4 de febrero de 1927 deja constancia de cómo fue acusado de haber comprado distintas propiedades a precios mucho menores de lo que costaban en la época, además de haber sacado del país piezas de gran valor histórico para venderlos a “universidades americanas” y de ser dueño de más de 20 propiedades.
En la averiguación abierta contra Thompson se pide el embargo de sus bienes para restituir el daño que pudo haber causado a la Nación. Uno de sus bienes mencionados es la Hacienda Chichén Itzá, que compró por 100 pesos de la época (USD 5 en la época actual).
Durante más de dos décadas había utilizado los canales diplomáticos para sacar entre 25.000 y 30.000 piezas arqueológicas del país y venderlas en Estados Unidos. Gran parte se encuentran en el Peabody Musem de la Universidad de Harvard.
“La averiguación contra Edward Herbert Thompson obedece a que con pleno conocimiento de que pertenecían a la Nación, estuvo extrayendo y exportando para los Estados Unidos de Norteamérica valiosos objetos arqueológicos que se encontraban en el Pozo Sagrado enclavado en la ciudad arqueológica denominada Chichen-Itza”, publicó el DOF hace 91 años.
De entre las piezas más importantes que sacó del país están la Venus Maya y el Mausoleo del Gran Sacerdote.
En 1926 el gobierno mexicano clausuró la Hacienda de Chichén Itzá, y a pesar de las acusaciones contra Thompson, nunca fue a la cárcel. Sólo fue expulsado del país.
La famosa hacienda ubicada en la Riviera Maya es ahora un hotel de lujo.