No es ningún secreto que lo que comemos tiene un efecto directo sobre nuestra salud. Pero más allá de la obsesión por mantener una silueta envidiable en la era de las redes sociales, muchas veces olvidamos darle importancia a lo que no se ve pero que tiene tanta o más importancia que unos abdominales marcados a la hora de llevar adelante una vida plena.
Un nuevo libro titulado “La Mejor Solución Cerebral” firmado por el prestigioso médico con base en la Florida Steven Masley, pone el foco en el nexo directo entre nuestra alimentación y la salud del vital órgano que ejerce un control centralizado sobre los demás órganos del cuerpo.
El especialista asegura que es recomendable adelantarse a los primeros signos de deterioro cerebral, como olvidarse de nombres o la falta de concentración, y tomar medidas directamente relacionadas a lo que comemos para mejorar nuestras facultades cognitivas hoy, antes de que el paso del tiempo y sus efectos comiencen a afectar la rutina diaria.
Sus más de tres décadas de carrera como profesional de la medicina le permitieron al Dr. Masley explorar de cerca la conexión entre la pérdida de memoria y la insulina, la hormona encargada de informarle al cuerpo cómo almacenar la energía.
El galeno explica que cuando todo opera como debe ser, la insulina convierte a los alimentos en glucosa, que a su vez sirve como combustible para las células. Pero cuando estas reciben un exceso de azúcar gracias a las dietas actuales, las células desarrollan una resistencia a la insulina que les impide absorber la glucosa de forma eficiente.
Además de los altos riesgos de contraer diabetes, esto puede también ser un factor clave que lleve a desarrollar demencia o en el peor de los casos Alzheimer. Las dietas altas en azúcar y carbohidratos simples llevan a sentirse menos agudo mentalmente, por eso es fundamental consumir en mayor proporción los alimentos y bebidas a continuación y de esta manera alimentar al cerebro como lo merece.
El salmón y las nueces como las almendras tienen altos contenidos de Omega 3, ácidos grasos saludables que tienen propiedades antiinflamatorias y se asemejan a las grasas naturales que componen hasta el 40 por ciento del cerebro.
Los alimentos fermentados ricos en probióticos como el yogurt ayudan a mejorar la salud intestinal y el sistema digestivo, lo que podría llegar a tener una conexión directa con la salud del cerebro.
A pesar de la relativa mala fama que ha ganado la cafeína durante los últimos años, Masley asegura que beber café es bueno para mejorar la performance del cerebro.
Dos tazas al día de la popular infusión, o en su defecto del cada vez más común te verdé matcha, otorgarán beneficios en el corto plazo a la vez que ayudarán a combatir males como el Parkinson y el Alzheimer a medida que pasan los años.
Las bayas o frutos del bosque viven su mejor momento gracias a la infinidad de beneficios para la salud que presentan. Arándanos, frambuesas y moras poseen nutrientes que mejoran la circulación y ayudan a lidiar con los efectos del paso del tiempo sobre el cerebro. Media taza al día será más que suficiente para sentirse mejor de forma inmediata.
Los vegetales de tipo crucíferos como el brócoli, las coles de Bruselas y el coliflor ayudan a mejorar la eficiencia del hígado, responsable de ser la primera defensa de nuestro cuerpo contra las toxinas del medio ambiente como el mercurio y plomo presentes en contenedores plásticos y latas.
Más allá de sus efectos negativos sobre la salud cuando se lo consume en exceso, dos copas de vino tinto al día ayudarán a mejorar el desempeño cognitivo a largo plazo.
La remolacha o betabel son particularmente buenas a la hora de ayudar a mejorar la circulación de sangre en el cerebro dada su alta concentración de nitratos. Masley recomienda mantenerse alejado de los jugos con azúcar y sólo consumir las variantes hervidas o al cocinadas al horno.
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Source: Infobae