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Nueva gestión administrativa de Casa Refugio CitlaltÁpetl

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Nueva gestión administrativa de Casa Refugio CitlaltÁpetl

México, 15 Ago (Notimex).- La Casa Refugio Citlaltépetl, asociación civil cuyo objetivo es hospedar a escritores perseguidos en sus países de origen, será administrada por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y un Consejo Asesor bajo la dirección de la artista escénica Daniela Flores Serrano.

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Durante una ceremonia realizada esta tarde, se informó que a partir de este mes, la Casa Refugio Citlaltépetl (CRC), uno de los proyectos que desde su fundación en 1999 ha respondido a la necesidad de garantizar una vida digna a escritores en situación de amenaza, pasa a formar parte de los recintos administrados por la dependencia capitalina.

La nueva administración dará continuidad al trabajo realizado en ese sitio, junto con una gestión directiva a cargo de la artista escénica Daniela Flores Serrano y la asesoría de un Consejo integrado por Carmen Boullosa, Vicente Rojo, Juan Villoro, Blanche Petrich, Marta Durán de Huerta y Bárbara Jacobs.

“Funcionaremos como un ojo crítico en la operación del lugar y serviremos como péndulo que recuerde a cada instante el tiempo siniestro que vive el mundo”, comentó al respecto la escritora mexicana Carmen Boullosa, miembro fundador de la Casa Refugio junto con Alvaro Mutis, Carlos Monsiváis, Augusto Monterroso y José Emilio Pacheco.

Desde hace 18 años, la Casa Refugio Citlaltépetl ha significado un acto de solidaridad concreta y una expresión de apertura en la Ciudad de México, al abordar el fenómeno migratorio desde el ámbito cultural y dar refugio a escritores de diferentes nacionalidades que han sido víctimas de la violencia en sus países de origen.

Sin embargo, en una etapa en que los altos índices de violencia, las precarias condiciones de seguridad, la crisis en el ejercicio de la libertad de expresión y la violación a los derechos humanos se han incrementado en el ámbito internacional, era necesario que el lugar respondiera a éstas y otras problemáticas relacionadas con las migraciones.

Para la ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1989 por su obra “Antes”, la sociedad vive momentos muy diferentes a cuando se fundó la Casa Refugio Citlaltépetl. “Son tiempos mucho más oscuros, tiempos en que la violencia y la intolerancia ya alcanzaron a México de una manera espeluznante”.

Enfatizó que ante esta “pesadilla contemporánea”, el espacio requiere una dirección más joven, que ponga en el centro de su labor los derechos humanos, que ajuste su función como casa refugio a las necesidades del México de hoy, sin olvidar brindar refugio a escritores de otras nacionalidades.

De acuerdo con Boullosa, es importante recordar que la Ciudad de México tiene vigor y tradición de ser ciudad refugio. “Si lo olvidamos, podemos caer en la insensatez de la violencia que ha invadido al resto del mundo. En nuestro caso, la consagración de la capital como ciudad refugio está para recordar lo que tiene de magnífica”.

Con la oleada de exilios en el siglo XX, como el argentino, el español y el chileno, el país y la Ciudad de México en específico aprendieron que la generosidad, solidaridad, empatía y amor al prójimo traía enormes beneficios sociales y culturales, destacó.

Fue durante la administración del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas que la capital del país se unió a la Red Internacional de Ciudades Refugio (ICORN, por sus siglas en inglés) mediante el convenio “México, Distrito Federal: Ciudad Refugio”, firmado el 19 de marzo de 1998.

Con el apoyo del Parlamento Internacional de Escritores, un año después se inaugurarían las instalaciones de este centro cultural que se dio a la tarea de defender el libre pensamiento a través de la palabra escrita.

A través de la Coordinación Interinstitucional de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, en 2017 la Casa Refugio Citlaltépetl amplía ya sus líneas de trabajo, centrándose en tres ejes principales: Derechos humanos, migraciones y libertad de expresión, en transversalidad con la cultura.

En esta nueva etapa de la Casa Refugio Citlaltépetl se mantendrán las redes de trabajo con otras organizaciones nacionales e internacionales que acogen, reciben y centran su atención en personas que debieron abandonar su país de origen a causa de la violencia.

De manera paralela, se realizará un programa de actividades orientadas a promover una cultura de paz y a reflexionar sobre los procesos migratorios internos y externos.

El objetivo se enfoca en ser un espacio referente en América Latina que acoja e incentive la reflexión y diálogo críticos sobre migraciones, refugio, memoria del exilio y libertad de expresión.

Uno de los espacios dedicados a ello será el Salón Principal (ubicado en la planta baja), que abrirá sus puertas a seminarios, conferencias, conversatorios, presentaciones de libros, lecturas poéticas y dramatizadas, tertulias literarias, entre otras actividades artísticas y culturales.

En los salones ubicados en el primer piso se programarán talleres sobre temas literarios, periodísticos y de performance, entre otros, que se realizarán mediante convocatorias públicas.

Con el propósito de que en esta nueva etapa la Casa sea visitada por la comunidad en las mejores condiciones, también se ha realizado una labor de mantenimiento en sus instalaciones, respetando el diseño original.

La Casa Refugio Citlaltépetl difundirá la obra de hombres y mujeres que fueron forzados a dejar sus lugares de origen por la violencia y censura.

En la exposición “Esta libertad que atraviesa el pensamiento”, se aprecia el eco de 11 escritores exiliados, desde la poeta y activista Alaíde Foppa, desaparecida en Guatemala en 1980, hasta la de María Zambrano, filósofa y ensayista española exiliada en México y fallecida en 1991.