El 15 de octubre de 1973, Óscar Héctor Bugallo Celuzi, ciudadano argentino, fue detenido junto a Juan Carlos Ampuero Gómez, en la calle Moneda 2552. Dos días después, sus cuerpos aparecieron ejecutados frente al Templo Votivo de Maipú.
Según consigna el Certificado Médico de Defunción del Instituto Médico Legal, la causa del fallecimiento de Óscar, 24 años y Juan Carlos, 26 años, militantes de la Juventud Socialista de Chile, fue por una herida de bala torácica con salida de proyectil. Según antecedentes del Instituto Médico Legal, ambos cuerpos fueron remitidos a dicho servicio por efectivos de carabineros de la Novena Comisaría de Maipú el 17 de octubre. En el caso de Óscar su cuerpo fue retirado posteriormente por funcionarios del Consulado Argentino, en el caso de Juan Carlos el cuerpo nunca fue entregado a su familia. Del informe de las autopsias tomó conocimiento el Juzgado Militar de Santiago, lo que hace presumir que habría involucrado personal con fuero militar. Óscar militaba en el local de la calle Compañía de Jesús esquina Esperanza, seccional 3ra Comuna del Partido Socialista de Santiago.
Su compañera, Olga Morales, fotógrafa documentalista, ha llevado una incansable lucha por hacer justicia sobre estos hechos, pero los tiempos se agotan y se requiere información para mantener el caso abierto.
-¿A quiénes les hace este llamado para evitar la triste posibilidad de que se cierre el proceso judicial definitivamente?
-Estamos buscando testigos de la detención o el encierro de Óscar pues no existen, hasta hoy, personas que la hayan presenciado. Les pido, sobre todo a quienes tienen más años y conocen el sector puedan hacer un esfuerzo para así aportar nuevos antecedentes a la investigación que desarrolla actualmente el Ministro en Visita Extraordinaria don Mario Carroza Espinosa.
-¿Qué pasó con Óscar Bugallo Celuzi?
-En el año ’73, yo estaba en pareja con Óscar. Él ya había viajado un par de veces a Chile y se había enamorado del proceso donde Allende llegó al poder por el voto popular. Cuando se da el Tanquetazo (junio de 1973), él decidió que había que volver a Chile para organizar los Cordones Industriales y que se necesitaban armas para defender ese proceso, porque si no Chile iba a ser un inmenso cementerio colectivo. Viajó y encontró la muerte. Los mataron un 17 de octubre. Los secuestraron el 15 de octubre, unos días antes, supuestamente creemos que estuvieron en el Estadio Nacional por los dichos de los vecinos que preguntaron a los carabineros que participaron del operativo. Dicha fuerza se identificó como de la Séptima Comisaría y que los llevarían al Estadio Nacional. Luego los habrían sacado, los fusilaron y los tiraron frente al Templo Motivo de Maipú. Nos devolvieron el cuerpo, a cajón sellado por el tiempo que tardaba el tren en hacer el trayecto Santiago Buenos Aires, el 24 de noviembre de ese año. Por todas las pérdidas que hemos tenido, las pérdidas personales o en conjunto de la sociedad, seguimos teniendo esperanza de que no todo está perdido. Confió en que la juventud en este país tiene un lugar, un puesto de lucha y creo que van a ir para adelante los muchachos si conservan las consignas que en Argentina seguimos levantando desde siempre y más ahora en tiempos de resistencia: Memoria, Verdad y Justicia. Mientras nosotros recordemos ellos están!!! Y su muerte física no habrá sido en vano!!! El derecho a la Memoria y la transmisión de la historia son Derechos Humanos para que la Verdad se transforme en Justicia.
-¿Quién es Olga Morales y por qué acompaña y milita con las Madres de Plaza de Mayo Linea Fundadora?
-Me acerque a las Madres de Plaza de Mayo, primero, porque soy militante desde los años setenta. Mi militancia me llevó al exilio y cuando regresé al país después de un tiempo me volqué, como no estoy en ningún partido político, a la militancia en derechos humanos, ya que en el exilio había colaborado en esa área, con la solidaridad no solamente para Argentina, sino para todos los pueblos cuyos refugiados vivían en Suecia, es decir, de Chile, Brasil, Uruguay. Luchamos hasta por la liberación de Mandela. Teníamos gente también de Irán e Irak.
Éramos todos solidarios porque queríamos, de alguna manera, volver a nuestros países para seguir luchando. Después volví y con el tiempo, alrededor del año 2000, me puse a caminar con las Madres Línea Fundadora. Siempre digo que es hasta el fin de mis días. Hace 15 años que documento la Marcha del Apagón en Jujuy a fines de julio.
-¿Usted es fotógrafa documentalista?
-Sí y por suerte mis fotos tienen alas. No es porque tal vez yo haya viajado tanto, sino porque he tenido la suerte de que compañeros, compañeras y gente interesada en la fotografía ha llevado mis muestras a otros espacios. Me encuentro con que estuvieron en el Foro Social de la India. Hice exposiciones en Francia, pero no estuve presente. Tuve la suerte de hacer tres muestras en diferentes viajes a la Venezuela de Chávez, hice una en Chile, en Uruguay y en los Foros Sociales Mundiales desde el año 2000 hasta 2006.
-¿En mayo de este año inauguró una muestra fotográfica en Buenos Aires?
-Sí, se llama “Son 30.000… 40 años de Madres de Plaza de Mayo”. En esta muestra se retrata el andar de las Madres desde el año 2000. Ellas son como un faro y tenemos mucho que agradecerles, porque en la medida en que ellas siguen fuertes, a pesar de que muchas están enfermas, sirven como un espejo para las nuevas generaciones. Nosotros tenemos que tratar de que el terrorismo de Estado no sea una realidad como fue en aquella época y esté el gobierno que esté tenemos que seguir luchando para que se respeten los derechos humanos. Los derechos humanos no es solamente la aparición de los cuerpos o huesos de los 30 mil detenidos desaparecidos, la apertura de los archivos, saber dónde están. También es tener trabajo, comida, educación, salud, que todo el mundo pueda vivir una vida digna, que tengamos una Argentina que sea inclusiva y no exclusiva, es decir, donde la gente sienta que puede vivir dignamente.
Cualquier información que se tenga se puede enviar a [email protected].
Por Sergio Salinas
El Ciudadano
Source: El Ciudadano