Así como hay personas que son capaces de lastimar a indefensos animales, también existen quienes deciden dedicar su vida a asegurar el bienestar de ellos, como es el caso de la señora Esneda Osorio, mujer de 67 años que ha pasado las últimas tres décadas y media rescatando y protegiendo a todo tipo de animales enfermos, viejos o abandonados.
Según informa el medio local Testigo Directo, Esneda es una persona de escasos recursos que alberga en su hogar a 110 gatos, 135 perros, 80 gallos, 50 patos, 24 gallinas y un pavo.
Abandonó una vida llena de comodidades y buen pasar por lo que ahora se conoce como “El arca de Noé de Pereira”, como le llaman los vecinos a su hogar. “Cambié una casa muy cómoda y muy lujosa, a pesar de que nunca he tenido lujos interiormente en la casa”.
Estar al cuidado de 400 animales no ha sido sencillo, ya que requiere de una gran cantidad de recursos económicos para alimentar y curar a albergados del refugio. “A mi no me importa si no comemos manjares, si no comemos en dos o tres días, y así ha pasado”, asegura la mujer, añadiendo que todo lo que ella hace va en bienestar de los animales. Tanto es su amor por ellos que ya ni se compra ropa para ahorrar un poco.
Pese a que la situación no es muy favorable para ella, Osorio dice que para ella es un paraíso poder tener el sitio que ella tiene y también a los animales, “yo me siento libre de poder ayudar y hacer por ellos las cosas como yo las quería hacer”, dijo en en una entrevista con Testigo Directo.
¿Cómo nació su amor y vocación por el cuidado de los animales? Para ella un hecho en su niñez fue clave, ya que cuando tenía cinco años de edad perdió a un perrito, “desde niña tuve un perro que era mi mascota preferida, el perro se lo llevaron para otra finca y murió de pena amarrado a un palo, eso me marcó para toda la vida”, dijo.
Dice que muchos de sus animales, en su mayoría perros, llegan por sus propios medios hasta ella. Entre sus albergados hay animales de granja y mascotas que se encuentran en los últimos años de vida, que tienen alguna enfermedad o discapacidad o que fueron abandonados por sus dueños.
“Desde que llegué al mundo yo ya venía con esa misión”, dijo al referirse a su labor, agregando que siente orgullo que a su hogar lo llamen “El arca de Esneda”.
Source: UPSOCL