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Montero Sport, una fuerte seducción

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Montero Sport, una fuerte seducción
Cristian Moreno

CIUDAD DE MÉXICO.

Aunque las imágenes que este fin de semana ilustran nues­tras páginas, al lado de la se­ductora Liz Gallardo, quien nos cautivó desde que la vi­mos en la serie Las Aparicio, las hicimos en la Ciudad de México, nuestro primer con­tacto con la nueva Montero Sport ocurrió muy lejos de aquí, en la planta japonesa en la que Mitsubishi manu­factura la Eclipse Cross.

Un día después de haber visitado el Motor Show de To­kio nos citaron en punto de las 5:45 de la mañana, para salir con destino a Okazaki. El viaje en tren bala se nos fue como un suspiro y después de haber superado los 316.6 kilómetros a bordo de este fascinante transporte llega­mos a la planta.

De las dos versiones que había de la Montero Sport, la que más llamó nuestra aten­ción fue la que llevaba el vo­lante del otro lado, al estilo inglés. Esa no tenía tres filas de asientos, sino dos.

Pero el recorrido que nos dieron fue en la que llevaba las dos bancas ubicadas de­trás de los asientos del con­ductor y copiloto, y el volante del lado izquierdo.

Saltaba a la vista un nuevo diseño exterior, que retoma la propuesta que ya le habíamos visto a la marca japonesa en la pick up L200.

Lo que Mitsubishi ha de­nominado como Dynamic Shield no es otra cosa que una nueva parrilla que enmarca nuevas tecnologías en la parte frontal, como radares que te permiten detectar vehículos que te anteceden para evitar accidentes, y las adorna con luces LED y un marco cro­mado, muy al estilo samurai.

Aunque si por fuera las cosas ya nos habían pareci­do atractivas, fue por den­tro donde encontramos los cambios más agradables y significativos, toda vez que la firma de los tres diamantes ha mejorado la calidad de los acabados y por fin ha monta­do una pantalla táctil de siete pulgadas en la que pudimos vincular nuestro teléfono mó­vil a través del Apple Car Play.

El confort de los asientos será un punto a favor, sobre todo para aquellos que estén pensando en combinar en un sólo vehículo una propuesta audaz y cómoda.

Una empinada subida, que nos obligó a escalar, puso a prueba la tracción 4×4 de la camioneta, que ahora es po­sible regular a partir de una perilla, para facilitar su operación.

MÉXICO LINDO Y QUERIDO

Olvidándonos del pescado, los noddles y la Asahi, nos en­filamos hacía uno de los pun­tos donde más se disfrutan las quesadillas, el Ajusco, donde acompañados de Liz Gallar­do quisimos presumir todo lo que sabíamos hacer a bordo de una camioneta que no le tiene miedo a ensuciarse.

Así que sacamos nues­tros mejores pasos, y cruza­mos cuanto obstáculo se nos puso enfrente. Las evolucio­nes ya no eran en una pista de pruebas, así que solici­tamos la ayuda de nuestro guía Juan Bosco, experto en travesías off road, para sacar lo mejor de la Montero Sport sobre el tezontle.

La torsión del chasis, así­como la forma en la que hacía que las pronunciadas pen­dientes parecieran sencillas de enfrentar, nos demostraron que, a pesar de tener un look más estilizado, la camioneta no perdió su fortaleza.

El responsable de mover a esta belleza es un V6 3.0 litros, capaz de desarrollar 216 caballos de fuerza y hasta 210 libras pie de torque. Una ecuación de potencia y em­puje suficientes para moverse con soltura tanto dentro como fuera del asfalto.

Para mejorar su desem­peño dinámico y reducir los consumos de combustible, por vez primera la marca ha incorporado en nuestro país una transmisión de ocho velo­cidades, que hace más suaves los pasos entre las marchas.

Las dos primeras versiones ofrecerán una tracción 4×2, y sólo el tope de gama llegará con la 4×4, así como el con­trol de velocidad adaptativo.

Cabe destacar que, para asegurar el comportamien­to de este vehículo cuando se lleva al límite, así como la forma en que protege a los ocupantes en caso de un ac­cidente, esta camioneta in­corpora una estructura a la que la marca llama Risebody, construida con acero de alta

resistencia que absorbe la energía de los impactos para mantener intacta la cabina.

MÁS SEXY QUE RUDA

Fuera del asfalto cumplió, era hora de volver a la carretera, al asfalto y poco después al pesado tránsito.

Ahí la camioneta no perdió el encanto. Mitsubishi echó mano de una disposición que hace más habitable a la

camioneta, así como de nue­vos asientos más acojinados, que luego de una hora en el Periférico agradecimos.

Con paso firme ha­cia la actualización de este vehículo, al que ya le hacían falta un arsenal de cambios en cuanto a gadgets se refie­re, la marca introdujo luces de encendido automático, sen­sores de lluvia, encendido por botón, quemacocos eléctri­co, freno electrónico de esta­cionamiento y toda clase de accesorios que la pusieran al último grito de la moda.

Además, en temas de se­guridad integró un sistema con nombre de Guerra de las Galaxias, denominado Ultrasónico de Mitigación de Aceleración Incorrecta, que sirve para que cuando te estás estacionando y, a me­nos de 10 km/h, el sistema emita una señal si detecta que vas a chocar.

La visión periférica de 360 grados que ofrecen las cáma­ras, y el hecho de que frene si advierte que vas a impac­tarse contra algún obstáculo, son la cereza del pastel, que hoy pone a la nueva Mitubi­shi Montero Sport como una de las mejores opciones del mercado.

AMA LLENARSE DE LODO

Aún recordamos como si fuera ayer a Stephane Peterhansel al volante de la Montero, no la de carreras con la que ganó tres veces el Rally Dakar, si no la actual generación, que nos presentó en las dunas de Sonora, haciendo gala de su talento y completo conocimiento de las capacidades del todoterreno de Mitsubishi.

La historia de la Montero empezó en los setenta, como un concept car y un proyecto que tardó casi una década en ver la luz. La Pajero, nombre que recibe en Japón y otros mercados que no hablan español, debutó en 1982 y desde el primer momento se enfocó en ir al Rally Dakar y demostrar sus capacidades.

Sólo le tomó tres años para ganar la prueba de rally-raid más dura del mundo y empezar una historia que la ha llevado a ser el vehículo más exitoso en esa competencia, sumando 15 victorias, y por ende un referente en el apartado de los vehículos todoterreno.

Cuando debutó en el mercado, era la primera SUV japonesa en contar con suspensión independiente, así como la opción de un motor turbodiesel, y también llamaba la atención el gran parecido que tenía su diseño con las camionetas de Land Rover.

De 1982 a la fecha se han desarrollado cuatro generaciones de la Montero; la más reciente fue lanzada al mercado en 2006, llegó a México en 2007, y fue en la que Peterhansel nos mostró las capacidades off road, que la han hecho una leyenda de las terracerías.

En 1996 Mitsubishi lanzó otro todoterreno, éste basado en la plataforma de la pick up L200, que llamó Nativa. Era un vehículo más accesible y menos avanzado tecnológicamente que la Montero, pero ofrecía muy buenas capacidades off-road, pero también la posibilidad de tener una variante de tracción trasera.

Así, en nuestro país y otros mercados como Estados Unidos o España, esta SUV fue lanzada como Montero Sport, aprovechando la gran reputación de ese nombre y la orientación todo terreno de esta camioneta.

En total se han desarrollado tres generaciones de este modelo, y a nuestro país llegará esta semana la nueva generación, que no sólo presume un diseño renovado, también promete mantener las cualidades aventureras que le han valido portar uno de los nombres más importantes y emblemáticos de Mitsubishi, ése que los ha llevado a ser un referente de los lugares donde el pavimento no existe.

Source: Excelsior