La influencia de la actividad humana en el aumento constante de la temperatura a nivel mundial desde hace cien años ha sido evidenciada por el cambio climático.
A lo largo de la historia, la migración ha sido un fenómeno constante en la vida de las personas. Según la Organización Internacional para las Migraciones, las razones principales que impulsan la migración son de índole económica, demográfica, social, política y ambiental. En el año 2020, se registró un total de 281 millones de migrantes a nivel mundial, mientras que los países de origen contaron con 164 millones de trabajadores migrantes que enviaron remesas por un valor de 702 mil millones de dólares. Esto demuestra que las personas tienen la convicción, a veces incluso arriesgando sus vidas, de que pueden construir un futuro mejor en un nuevo lugar al que llamar hogar.
La migración ha ido aumentando a lo largo de los años. A principios de los años 2000, el 2,8% de la población mundial era migrante, en comparación con el 2,3% en 1980. Actualmente, el porcentaje de migrantes en el mundo es del 3,6%, y hay que tener en cuenta que no solo la proporción ha aumentado, sino también la población mundial, por lo que los números totales son aún más altos. Los migrantes están incluidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda 2030, y se insta a los países a facilitar la migración y la movilidad de manera ordenada, segura, regular y responsable. Para lograr esto, los países deberán invertir en una política migratoria que garantice este objetivo, tanto en recursos económicos como culturales y de sensibilización. Desafortunadamente, en muchos países prevalece la percepción de la migración como un problema legal e incluso policial, en lugar de considerarla como un tema humanitario y de desarrollo compartido.
En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se abordan diversos temas relacionados con los migrantes, como la movilidad de estudiantes extranjeros, la trata de personas, la migración laboral, las remesas y la situación legal de los migrantes. La trata de personas es un tema especialmente preocupante debido a su conexión con el crimen organizado y la victimización de las personas migrantes, y se ha convertido en un problema urgente en todos los continentes. Además, los derechos laborales de los migrantes también tienen una importante dimensión de género que está comenzando a ser reconocida.
Durante mucho tiempo se creyó que las acciones humanas no tenían influencia en el medio ambiente, pero el cambio climático ha demostrado lo contrario. La temperatura global ha estado en constante aumento durante los últimos cien años debido a la actividad humana. Aunque México enfrenta desafíos como resultado de este fenómeno debido a sus costas y litorales, hay países que están en grave peligro e incluso podrían desaparecer físicamente, como los estados insulares. Esto podría llevar a migraciones forzadas en el futuro, de hecho, el Informe Groundswell de 2021 estima que para el año 2050 habrá 216 millones de migrantes debido al cambio climático.
Uno de los desafíos que enfrentamos como EFS es supervisar los programas, recursos y acciones que los Estados destinarán e implementarán para abordar los problemas de migración, ya sea en salud, educación o monitoreo de las condiciones laborales de los trabajadores migrantes. Los recursos son limitados y el número de personas en situación de migración y desplazamiento aumenta constantemente; debemos desarrollar habilidades y estrategias para llevar a cabo una supervisión de la mejor manera posible; el intercambio de buenas prácticas y la colaboración en la creación de políticas públicas entre los países miembros de OLACEFS será crucial para lograr este objetivo.
