Megan Hendricks, la madre de Jaxon, está acusada también por encontrarse de pie y observar cómo Burnette atacaba al bebé sin tratar de pedir ayuda, según el St. Louis Post-Dispatch. Se dijo que al llevar al hospital al bebé, la mujer presuntamente mintió y dijo que ella no sabía cómo había resultado herido.
El bebé llegó al hospital casi muerto, con huesos rotos, lesiones hepáticas y hemorragia cerebral, sin embargo debido a la gravedad de su salud y después de varias semanas en cuidados intensivos a finales de noviembre de 2016 fue declarado muerto.
Según informa Metro, la Policía de St. Louis dijo que el abuso que Jaxon sufrió fue uno de los peores que jamás habían visto. Además, Burnette ya tenía un “historial de violencia”, ha estado en instituciones mentales por problemas severos de ira y ha sido diagnosticado con varios trastornos mentales.

También hicieron una observación en Hendricks, ya que refería al pequeño bebé sólo como “el niño” o “el bebé” y no mostraba ningún tipo de emoción cuando hablaba de él. Además, según el informe, la mujer fingió haber llorado en un momento dado durante una entrevista con la policía, pero se detuvo en cuanto un detective salió de la sala de interrogatorios.
Robert Burnette, se rá sentenciado a una pena de 30 años de prisión por provocar la muerte de Jaxon, pues a finales de agosto el padre admitió el abuso infantil, se enfrentará los mismos cargos que su pareja cuando su juicio comience el próximo mes.
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