194 personas murieron en la madrugada del 31 de diciembre y marcó un antes y un después para el rock argentino.Tras la tragedia de Cromañón durante un recital de Callejeros, los lugares para tocar en vivo pasaron a ser clausurados de manera indiscriminada y todo lo referente a la vida nocturna entró en un momento de recesión que parecía no tener fin.
Sin embargo, otros sonidos y formas de producción se estaban gestando desde La Plata, el conurbano y la propia Ciudad de Buenos Aires: el Indie argentino. Este fenómeno que revitalizó a la escena rockera nacional tiene su propia radiografía en Más o menos bien (Gourmet musical, 2018) del periodista Nicolás Igarzábal. “El siglo XXI es testigo de una explosión artística sin precedentes”, afirma Alfredo Rosso en el prólogo del libro, quien no duda en afirmar que se trata de una “nueva Era de Oro” para el rock trasandino, considerado en un sentido amplio: “es decir incorporando las diversas fusiones con el pop, blues, reggae, rap, electrónica, jazz y músicas de etnias diversas”.
La particularidad de este fenómeno, explica muy bien Igarzábal a lo largo del libro, es que no dependió de los grandes sellos discográficos ni de los grandes medios, quienes en general llegaron tarde a dimensionar lo que estaba pasando.
Tan solo una computadora con acceso a Internet y un grupo de amigos con ganas de hacer música bastó para que muchas de las bandas que hoy marcan el pulso del Indie argentino comenzaran a dar sus primeros pasos. Con El mató a un policía motorizado como banda insignia, se demostró que se puede llegar a sonar al público sin intermediarios. Además, una nueva mentalidad aparecía en los músicos, lejos de los grandes rockstars de los 80’s y 90’s: “Apunto a mantenerme, ni siquiera a comprarme un auto”, asegura Maxi Prietto en el libro.
¿Qué es ser Indie?
Una de las mayores riquezas de este libro es la discusión muchas veces explícita y otras veces subterránea sobre cuál es el verdadero concepto de “Indie” y otras palabras con las que se suele etiquetar a este nuevo movimiento como “independiente”, “alternativo” o “autogestivo”, entre otras. En esa dirección, Igarzábal se ocupa de trazar una historia de los proyectos que se diferenciaron de las grandes empresas discográficas desde fines de los años 60’s para entender influencias y diferencias entre esas experiencias y lo que se vive en la actualidad con sellos como LAPTRA o Triple RRR Discos.
“Tener que restringirse en el arte es una especie de oxímoron: hay que hacer lo que uno siente y lo que uno siente no tiene géneros”, señala Nica Corley, guitarra y voz de Los Reyes del Falsete. Prietto, en la misma dirección, destaca: “Para mí significa no tener patrón, hacer lo que vos querés, sin que nadie condicione el espacio de tu música”.
Por su parte, Jo Goyeneche (Valentín y los Volcanes) reflexiona: “Me gusta más la palabra ‘alternativo’ o ‘contracultural’. La primera ve que leí ‘Indie’ fue en Myspace. Y pensaba: ¿Independiente de qué? ¿Independiente por qué? ¿Es una condición o una elección?”. Anabella Cartolano (Las Ligas Menores) es clara al respecto: “No hacemos canciones para sonar en la radio, pero si pasa, está buenísimo. Hay un esfuerzo de parte de cada uno que hace algo independiente que cobra valor cuando te escuchan”.
Libro necesario para su época y para las que vendrán, Más o menos bien es el resultado de años de trabajo autogestivo que supo esperar para encontrar al grueso de su público. “Uno siempre aspira a que se abra un poco más el juego y que se rompa esa dinámica tradicional para que suenen otras bandas. A eso apuntamos siempre y lo vamos a seguir haciendo”, afirma Santiago Motorizado en el epílogo del libro y parece marcar una máxima del Indie argentino: la idea de una constante transformación. Eso, además, trae una especie de profecía que solo será cuestión de tiempo: ¿quiénes serán los próximos músicos emergentes que le den la espalda al Indie para crear un nuevo movimiento?
Por Gustavo Yuste, desde Argentina
@gusyuste
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Source: El Ciudadano