La escena parecía sacada de la última película de James Bond. En el lugar había helicópteros acordonando el área, lanchas policiales y una cantidad inmensa de patrullas de policía, todo para atrapar al telepredicador conocido como Adnan Oktar, que cuando vio esta situación intentó escapar de su casa. Despeinado por el intento de fuga y con las cámaras en frente, no dudó en lanzar su frase habitual: “Detrás de esto está la inteligencia británica”.
Pero, irónicamente, en esta ocasión es él quien está siendo acusado de espionaje, además de unos treinta otros delitos entre los que está: asociación delictiva, secuestro, abuso de menores, fraude, grabaciones ilegales, lavado de dinero y chantaje. En su casa -que más parece un palacio- encontraron muchas armas, casi como para hacer un arsenal, además de chalecos antibalas, además de autos lujosos y blindados.
El allanamiento
Pero para llegar a invadir la casa de Oktar, tuvieron primero que existir denuncias contra él. En este caso fueron personas que siguieron a este telepredicador en sus ideas, lo que los llevó a entrar en una especie de culto que tenía y del que rápidamente quisieron salir, ante lo que Oktar les dijo que no, intentando que se quedaran mediante chantajes y amenazas. Un hombre turco -que actualmente reside en Austria-es uno de los casos que alcanzó a escapar del culto, lamentablemente sus hijas adolescentes no corrieron la misma suerte, ya que les habrían “lavado el cerebro” por el líder.
El personaje que oficia de líder de este culto es conocido en toda Turquía, ya que es el presentador de un programa de televisión del canal religioso A9 TV. En su show, normalmente aparece con guapos jóvenes y mujeres con pechos y labios notoriamente operados, vestidas con ropa muy ajustada y a las que el propio Oktar llama sus “gatitas”.
Normalmente, frente a la cámara, hablaba sobre temas controvertidos y variados, no solo centrándose en lo religioso. Uno de los mejores ejemplos es como denunciaba como falsas las ideas de Charles Darwin y como las apuntaba como los orígenes de los males de la humanidad, además de hablar mucho sobre conspiraciones. Esto sumando a su forma de conducir el show, le ha costado a Oktar varias sanciones del Consejo Superior de Televisión por Radio del país (RTUK), además de las obvias críticas de parte de los sectores más conservadores islamistas y un veto a emitir que tienen encima desde hace cinco meses.
Tres décadas de carrera
Volviendo a la redada, esta se extendió a otras 120 casas en cinco provincias, donde buscaban a 234 adeptos a Oktar y sus ideas, entre ellos un gran número de colaboradores y caras conocidas del canal A9. Los vecinos del pudiente barrio de Cengelköy -donde residía- dicen que ya estaban acostumbrados a ver salir y entrar a rubias a esa casa. Esas eran las “gatitas”, que también ayudaban en el show, rezando y haciendo alabanzas en vivo junto con Oktar.
Esta secta ya tenía sus días contados hace tiempo, ya que era tan delirante como fotogénica. La ropa de alta costura, el predicador de 62 años hedonista, las “gatitas” y el despilfarro de dinero, ya hacían parecer que algo raro había detrás. Y es que Oktar ha luchado para mantenerse vigente en sus tres décadas de carrera. A pasado, por dar un ejemplo, de negar el holocausto -cosa por la que lo llegaron a internar en un psiquiátrico- hasta entablar una estrecha amistad con Israel, lo que explica la cantidad de políticos y rabinos de ese país en su show.
Respecto a las chicas, los modelos hombres eran quienes las llevaban al lugar prometiendo dinero fácil. Mientras que la pregunta sobre cómo el dinero no se acababa tiene una respuesta, pero basada en rumores no confirmados. Estos hablan de chantaje -tal como lo hacía con los que se querían ir de su culto- mediante video sexuales, tanto de empresarios como políticos, lo que hacía que en la mesa nunca faltara comida para Oktar y los suyos.
Source: UPSOCL