Murilo Kuschick[1]
La situación actual en el gobierno de López Obrador si bien mantenga aún un fuerte apoyo popular comienza a mostrar debilidades y sus obsesiones, rencores comienzan a tener efectos, tanto favorables como desfavorables.
Por un lado encontramos que, uno de sus mayores temores ha de generarle difíciles decisiones en los días por venir, por el otro su pírrica victoria en el ámbito de la consulta para enjuiciar a los expresidentes de la república y generar otro circo de las dimensiones de la rifa del avión presidencial está generando por lo menos en el ámbito de sus críticos y en algunos movimientos sociales que si bien son de signo derechista puede generarles y ampliar el apoyo popular que hasta ahora había sido más bien escaso.
En su afán por lograr la continuidad de sus programas sociales y seguir apoyando a grupos mayoritarios es posible que aumente y acelere la lucha de clases que hasta ahora se había manifestado principalmente en los ámbitos de los grupos acomodados, de ciertas élites, intelectuales orgánicos y en contra de grupos de académicos, pero sin entrar en conflicto generalizado con las clases medias.
Si bien no se ha generalizado este conflicto vemos que el movimiento Frente por la renuncia de Andrés Manuel López Obrador (FRENAA) del cual se ha burlado por su escasa capacidad tanto organizativa como de hacer y tener planteamiento claros y de buscar principalmente su renuncia, con argumentos banales, pueriles y con poco sostén, ya que pese a los errores el gobierno de López Obrador está legitimado por 30 millones de votos y la amenaza del comunismo no es real; empero, depende mucho de las próximas acciones que ha de emprender el gobierno de López Obrador, para ver la continuidad de este movimiento que si bien tuvo el sábado una marcha y una manifestación que pudo reunir una buena cantidad de seguidores, ya que el presidente los había retado que si conseguían hacer una manifestación de más de 100,000 participantes renunciaría. Además se ha mostrado obsecuente con este movimiento retrógrado que lo máximo que ha conseguido es alentar las fuerzas del catolicismo y los temores hacia el comunismo en sectores religiosos a ultranza. Es posible que FRENAA, comandado por el ingeniero Roberto Fregoso un antiguo miembro de un grupo que participó apoyando las acciones del hermano incómodo –Raúl Salinas de Gortari-, y después se involucró en el gobierno de Vicente Fox.
Pero vayamos por partes, el primer problema al que hacíamos referencia no está directamente con las protestas de FRENAA, pero involucra y crea un problema que López Obrador le ha buscado dar la vuelta de todas maneras, ya que se trata de un conflicto que él no quiere verse involucrado y no tener roces y se trata del gobierno de los Estados Unidos y con Donald Trump, pues tener una disputa con el gobierno norteamericano es lo menos que busca López Obrador y esto es lo que se está gestando con el Tratado México-Estados Unidos por el agua del río Colorado y del río Bravo, ya que había hasta ahora un tratado que era benéfico a México en términos de la cantidad de millones de metros cúbicos que México recibía y la cantidad de agua México le entrega a su vecino del norte.
Sin embargo, por la sequía que hay en el norte del país, los agricultores de Chihuahua han pronunciado su insatisfacción con respecto a las cantidades de agua que México debe entregar antes del fin de mes de octubre y al hacer entrega de éstas cantidades de agua de la presa de la Boquilla que se encontraba resguardada por miembros de la Guardia Nacional y fue tomada por campesinos que se oponen a la entrega del agua por parte del gobierno, ya que si esto no sucede es probable que a México se le apliquen sanciones comerciales por parte del gobierno de Trump hacia México. Vemos pues que ambos conflictos pueden asociarse y generar manifestaciones más amplias en contra del gobierno de López Obrador si no se genera una estrategia lo suficientemente hábil para desatorar el conflicto del agua y aislarlo de la protesta de FRENAA, la cual disminuyó un mayor descontento al permitirles avanzar hacia el Zócalo de la ciudad de México.
El otro conflicto que se ha gestado que si bien no congrega a masas, sino a los críticos de siempre y principalmente entre los intelectuales, articulistas de los medios de comunicación fue la ocurrencia de López Obrador de enjuiciar a los expresidentes del periodo neoliberal y generar una consulta, la cual no es vinculatoria, para que la ciudadanía opine y decida se debe o no el poder judicial debe llevarlos a juicio.
Es claro que la persecución a un delito de haber una denuncia debe ser realizada de oficio, por parte de la Fiscalía General de la República, empero, esto le quitaría el sentido de la consulta involucrar el pueblo sabio y generar un show que impactará las elecciones del próximo año. Así, López Obrador da un golpe maestro y logra involucrar a la población en una agenda y en una discusión que aun cuando se logre que la población vote favorablemente por el juicio de los expresidentes, lo que menos le importa a él es la realización del juicio que involucraría la búsqueda da de pruebas por parte de la Fiscalía pero mientras esto sucede, la población ya fue partícipe de un monumental reality show. Por tanto, si bien los grandes problemas del país la pandemia, la crisis económica, el empleo, la inseguridad ahí siguen, López Obrador logra ahuyentarlos con juegos y con pirotecnia mostrándonos su habilidad en el arte de la campaña permanente y la comunicación política.
El único factor que puede debilitar a esta brillante acción es la crisis del agua que involucre a los Estados Unidos y haga que los extremos se toquen esto es, los agricultores del norte y los sembradores de tempestades apostados en el Zócalo unan sus protestas.
[1] Profesor-Investigador, Departamento de Sociología, UAM-Azcapotzalco, [email protected].