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“Llegaba borracho a los entrenamientos”: Adriano se confiesa sobre el declive de su carrera

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“Llegaba borracho a los entrenamientos”: Adriano se confiesa sobre el declive de su carrera

Adriano Leite Ribeiro iba en franco camino a suceder a Ronaldo, el “Fenómeno”, y convertirse en una -otra- leyenda del fútbol brasileño. Sin embargo, cuando su carrera estaba en el peak, un dramático suceso cambió su vida para siempre, y el “Emperador” nunca volvió a ser el mismo. 

“Sólo yo sé cuánto sufrí. La muerte de mi padre me dejó un vacío enorme, acabé sintiéndome muy solo y me aislé. Fue lo peor. Me vi solo, triste y deprimido en Italia, y es cuando empecé a beber”, confesó el ahora ex futbolista, retirado en 2016, en conversación con el diario portugués A Bola.

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Pero las cosas no eran así cuando llegó. Proveniente del Parma con un par de goles a su haber, Adriano marcó 12 tantos en su primera temporada con los interistas, y luego 28 -en sólo 41 partidos- en el mejor año de su vida. “Nadie podía quitarle la pelota, era un animal. Jugué con grandes campeones, pero con él sentí que podía jugar por muchos años, ya que con Adriano me sentí cómodo”, comentó en su momento el mismísimo Zlatan.

“Yo me di cuenta de que podía ser el nuevo Ronaldo. Lo tenía todo, físico, talento y velocidad. Sin embargo, Adriano venía de las favelas y eso me daba miedo. Sabía de sobra los problemas que puede generar el tener mucho dinero en gente que había vivido situaciones de pobreza”, reflexionó por su lado Javier “Pupi” Zanetti, su capitán. “Cada día después de los entrenamientos quería saber qué es lo que él iba a hacer o si iba a salir de noche, me preocupaba que pudiese tener problemas”, asevera.

Pero en 2006, justo después de aquella temporada de ensueño -en la que conquistó una Copa Italia y la Confederaciones con Brasil-, pasaría lo peor. “Adriano tenía un padre que le vigilaba mucho y lo mantenía en la raya. Sin embargo, a comienzos de temporada, ocurrió algo inimaginable. Recibió una llamada de Brasil y le dijeron que su padre había muerto, es algo que te puede cambiar para siempre. Lo vi llorar, tiró el teléfono y comenzó a gritar que no era posible”

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Sus compañeros de plantel se propusieron ayudarlo a salir de ahí, pero no fue posible. “Durante ese tiempo siguió jugando, marcando y dedicándoselos a su padre mirando al cielo y rezando. Por las noches Iván Ramiro Córdoba y yo nos juntábamos y le animábamos diciéndole que él era una mezcla entre Ronaldo e Ibrahimovic y que podía ser mejor que ambos. Pero después de esa llamada no volvió a ser el mismo”, cuenta Zanetti.

“Sólo me sentía feliz bebiendo, todas las noches. Bebía todo lo que me ponían delante: vino, whisky, vodka, cerveza. Mucha cerveza. No paraba de beber y tuve que dejar el Inter”, confiesa el goleador, quien alcanzó a levantar 3 Serie A, 3 Supercopas y 2 Copas de Italia. “No sabía cómo disimularlo, llegaba borracho por la mañana a los entrenamientos. Me presentaba aunque estuviese borracho del todo. Entonces me llevaban a dormir a la enfermería y decían a la prensa que sufría dolores musculares”, revela.

En 2009, y tras un préstamo en Brasil, el Inter se cansó y lo vendió al Flamengo. Al llegar allí, Adriano entró en razón. “Entendí lo mal rodeado que estaba. Amigos que sólo me llevaban de fiesta, con mujeres, alcohol y sin pensar en nada. Renuncié a los millones pero compré la felicidad”, sostiene el ariete, quien resurgió en su tierra natal, marcando 24 tantos en 48 encuentros con el “Fla”.

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Lamentablemente, ello no le duró mucho y su rendimiento volvió a decaer, a pesar de que recién tenía 28 años. Emigró a clubes como Corinthians y Atl. Paranaense, teniendo incluso una oportunidad en Europa, con la Roma -donde no anotó ni un solo gol-. En 2016 cerró su carrera en el Miami FC, de la segunda división estadounidense. 

Un final que, obviamente, no le hace honor al talento que prometía. 

 


Source: UPSOCL