Lexi es una adorable boxer que sus dueños aman mucho, pero desde que era pequeña ha tenido un hábito que le molesta mucho a sus humanos: adora embarrarse en el patio y jugar al aire libre, cosa que no es problema para sus dueños, la parte desagradable es que cada vez que queda toda empapada corre al sillón para descansar allí.
“Tan pronto como ella entraba a la casa, corría directamente hacia los sillones”, dijo Donna Wolford, la madre de Lexi, a The Dodo.
Cada vez que lo hacía, desparramaba lodo por todas partes, sus huellas quedaban marcadas en el tapiz del sofá y para qué hablar de cómo terminaban los cojines.
Por eso, Donna comenzó a enseñarle a Lexi que no podía subir al sillón y que tenía que descansar en su cama. La perra aprendió con rapidez que el sillón estaba fuera de sus límites.
Aunque al poco tiempo la inteligente perrita encontró una forma de no vulnerar la regla impuesta por su madre y de descansar en su amado sofá al mismo tiempo.
La técnica de Lexi es mantener las patas traseras en el suelo y apenas apoyar la mitad de su cuerpo y si hay alguien sentado, aprovecha de hacerle compañía de esa forma.
“Hemos hecho un buen trabajo al sacarla del sofá, pero ella todavía tiende a zafar las reglas”, dijo Wolford. “Si hay alguien en el sofá, ella se sentará así para estar con ellos”, añadió.
Al notar el ingenio de su perra, Donna decidió permitir que apoye sus patas delanteras, de todas formas ya comprendió que no puede volver a manchar el sofá.
“Ella sabe por completo que no debe estar en el sofá”, dijo Wolford. “Puede ser bastante ingeniosa cuando se trata de eludir la autoridad. Usa su ternura a su favor”, confesó la mujer.
Mira aquí un video tomado por Donna.
Source: UPSOCL