Puede que las abejas nos parezcan algo mísero. Ese simpático insecto que viaja por los prados vestida igual que un taxi. O si somos alérgicos, ese condenado animal que puede causarme serios problemas. Pero si no fuera por su labor como polinizadoras, no cabe imaginar dónde estaría el mundo.
Desde que se empezó a divulgar la noticia de que algunas especies de abejas estaban muriendo con demasiada frecuencia y en números alarmantes, nos empezamos a preocupar. Algunos más que otros, con Francia dando el puntapié inicial a la protección de este importante animal.
Decidiendo que la protección de las abejas era más importante que cualquier otra preocupación, Francia se convirtió en el primer país en prohibir todos los pesticidas que puedan ocasionarle daño a las abejas.
Antes de ellos, el otro país que había prometido tomar cartas en el asunto de la protección de las abejas era Gran Bretaña. Pero la tierra de los Beatles y Mr. Bean soló logró prohibir tres de los cinco pesticidas que más daño le ocasionan a las abejas. La declaración de Francia incluye a estas 5, algo que incluso va más allá del mínimo establecido por la Unión Europea.
Una medida hermosa y muy necesaria, que se viene a juntar con otras igualmente valiosas, como la que tomó hace unos días Noruega.
Source: UPSOCL