La traición del Gobierno Federal a Javier Duarte
Javier Duarte es un hombre inteligente. Hemos de reconocer ese hecho pues de no hacerlo correríamos el riesgo de no aceptar que hemos sido dominados por políticos habilidosos pero faltos de moral y visión de progreso y bienestar común.
Asi, su inteligencia se demerita hasta convertirse solamente en corruptos pusilánimes que detienen el desarrollo y sostenibilidad de la paz en nuestro país.
No es una locura pensar que Javier Duarte, con base en las declaraciones que ha realizado desde su detención, fue producto de una traición que se ha sucedido en las mas altas esferas políticas del país.
Su actitud , acertijos, y nulo respeto por las instituciones de procuración de justicia mexicanas abren la posibilidad para pensar que Javidu, o Javier “N”, (como el nuevo sistema de justicia obliga a los medios a nombrar a estos sujetos para respetar su persona y los debidos procesos que por su conducta y de esa naturaleza emanen), tenga conocimiento que poco o nada de los crímenes que se le imputan serán una verdadera condena por la que haya que pagar.
“Llego mi uber!” fueron otras de las palabras que utilizo Javier para referirse a las autoridades mexicanas durante su extradición a México.
La Traición
No debemos separar los hechos que estan unidos.
Javier Duarte llego al poder como un símbolo de una nueva generación de políticos mexicanos quienes, a base de su habilidad política (y algunas buenas recomendaciones) representaban en su persona misma los intereses que por años el pueblo mexicano ha esperado.
Nos volvimos a equivocar.
Resulta que Javier Duarte ha sido uno de los mas descarados políticos mexicanos de las ultimas generaciones priistas.
No solo se enriqueció a si mismo y a otros actores sociales de la cúpula del poder en México, sino que en esa maldita adicción por robar el dinero del Estado dejo sencillamente vacías las arcas institucionales.
No tenemos de otra mas que hacer conjeturas basadas en hipótesis, siendo unas tan improbables como las otras.
Javier se ha molestado mucho y ha dejado entre ver lo endeble de nuestro sistema de justicia. El nuevo o el viejo, los dos están condenados al fracaso en tanto no haya un verdadero respeto originado desde las células internas mas profundas de la sociedad.
Quizá es que Javier dejo de ser del agrado del Señor Presidente y por ello el Gobierno Federal ha orquestado el hundimiento de su carrera política.
Empero, como hemos dicho, pisamos un gélido terreno de suposiciones.