Durante el fin de semana, una palabra particularmente horrible se volvió tendencia en las redes sociales: supergonorrea.
El motivo es que la Organización Mundial de la Salud advirtió que la pandemia está contribuyendo a impulsar el aumento de bacterias resistentes a los antibióticos, incluidas las que causan la gonorrea. Desafortunadamente, es probable que la situación empeore.
La resistencia a los antibióticos ha sido una crisis de gestación lenta durante décadas, pero los efectos se están volviendo difíciles de ignorar.
Actualmente, se cree que las llamadas superbacterias matan a 700.000 personas en todo el mundo.
Una de las amenazas de superbacterias más preocupantes en la actualidad es Neisseria gonorrhoeae, la bacteria que causa la gonorrea.
La gonorrea no suele ser mortal y, a menudo, no presenta síntomas, pero si no se trata, puede provocar complicaciones como artritis, dolor en las articulaciones y erupciones cutáneas, así como infertilidad y dolor pélvico crónico.
La bacteria también puede transmitirse de una madre a su bebé durante el parto, desencadenando una infección que puede ser letal o causando problemas graves como la ceguera.
Los síntomas más notables son una secreción verde o amarilla de los genitales y dolor al orinar.
Estas bacterias dan miedo porque se están volviendo inmunes a los antibióticos que se usan para tratarlas.
En 2018, los médicos del Reino Unido informaron haber encontrado un hombre con el primer caso conocido de gonorrea que era altamente resistente a la terapia combinada utilizada en la mayoría de los países como tratamiento estándar: los antibióticos ceftriaxona y azitromicina.
Aunque la gonorrea del paciente se podía tratar con otro antibiótico, el caso confirmó los peores temores de los expertos.
Otros casos de supergonorrea, así como otras altamente resistentes infecciones de transmisión sexual, se han ido documentado desde entonces.