Steve Santini comenzó su carrera en el lado extremo de la realidad trabajando para El extraño mundo de Ripley como el artista escapista más arriesgado del mundo. Piensen en Houdini, pero con más motosierras, navajas afiladas y significativamente más demente. Durante este periodo obtuvo algunas reliquias macabras, principalmente como regalos, que despertaron su interés.
Antes de darse cuenta, había reunido más de 220 instrumentos de tortura.
A sus 50 años, Santini dejó los riesgos para quienes tuviesen más probabilidades de sobrevivirlos y se dedica a su colección, como historiador y autor.
“Los objetos en mi colección son una selección diversa de reliquias diseñadas para tortura y ejecución judiciales desde el siglo 16 hasta hoy”.
Esta colección incluye, por ejemplo, “aplastapulgares” británicos que se usaban para colgar a prisioneros del techo en el siglo 17 y varios tipos de látigos de diferentes épocas.
Uno de sus orgullos es un molde de yeso de la cara de Albert Pierrepoint, el ejecutor más prolífico de la historia del Reino Unido.
“Presume” también probar cada uno de sus instrumentos para asegurarse de que estén en buen estado.
Ha llegado a incluir algunas réplicas en su vida diaria, por ejemplo una guillotina como mesa de centro o la calavera de una víctima cuya identidad se perdió un siglo atrás para darle “vida” a su salón.
“Hay muchos artefactos que rompen huesos, tiran músculos y ligamentos, y hacían que los que los prisioneros de tiempos antiguos ofrecieran confesiones de culpa, fueran culpables o no”.
Y es que, a pesar de su look rudo y sus aficiones muy poco comunes, la motivación tras el interés de Santini es uno que sorprendentemente vas a entender perfecto.
“No amo estos instrumentos. De hecho, los encuentro repulsivos. Dicho eso, los colecciono porque estoy obsesionado con las criaturas que los crearon y los usan. No hemos cambiado como especie. Vale, nuestra tecnología puede haber evolucionado pero nosotros no. Aún nos guía la ambición, la paranoia, somos la misma supersticiosa especie que hemos sido siempre.
Ayer eran las mazmorras y los fierros calientes y hoy es el “submarino” y la electricidad”.
El hombre que se enfrentó a cientos de trampas peligrosas es un vocal opositor de todo tipo de torturas en el nombre de la “justicia” y espera que su colección de reliquias sirvan como ejemplo de un pasado al que no debemos regresar.
¿Qué te parece su extraña afición?
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Post y Contenido Original de : UPSOCL
La perturbadora colección de este hombre pone los pelos de punta. Prueba cada artículo él mismo
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