A pesar de los esmerados esfuerzos de los veterinarios de la UNAM por salvar la vida de Mixtli, la yegua mexicana cruelmente forzada a cargar diariamente 50 kilos de basura, falleció en la madrugada del viernes incapaz de superar las heridas y la letal desnutrición que había padecido.
Rescatada en Chimalhuácan, Estado de México, el pasado agosto, la yegua recibió el nombre de Mixtli, que significa “nube” en náhuatl. Así la apodaron al ver que el desnutrido animal presentaba un estado crítico por deshidratación y brutales heridas en el dorso, completamente descarnado: al igual que las nubes, la yegua flotaba entre la vida y la muerte.
La noticia, que ha conmocionado a muchos mexicanos, la difundió a través de Facebook la organización Defensoría Animal. En la publicación, anunciaron que aunque Mixtli luchó tenazmente por su vida en los últimos meses, su cuerpo no pudo soportar los años de trabajo esclavos y el maltrato al que se vio sometida.
La presidenta de la organización, Melissa Trouyet, aseguró que los propietarios, a pesar de que ya estaba lastimada “le seguían poniendo el arnés con el que jalan la basura sobre la piel viva y sobre el hueso”.
Como consecuencia de las pesadas cargas que la yegua enferma tenía que transportar, el dorso del animal supuraba sangre y su piel y pelaje estaban carcomidos. Esta afección obligó a realizar una intervención de urgencia, liderada por el doctor de la UNAM José Luis Velázquez.
“Presenta una herida muy grande en la región de la cruz” dijo el veterinario a medios locales en el momento que Mixtli fue internada. “Además, tenía un problema digestivo que fue detectado aquí. Presentaba cuerpo extraños que obstruían su tracto gastrointestinal”.
Al realizarle el chequeo veterinario, los doctores comprobaron con asombro que bolsas de plástico, cuerdas y heces atoraban el funcionamiento de los intestinos de la yegua. La gravedad del equino hizo que Velázquez se viera apoyado por dos veterinarios especialistas, los doctores Horacio García y Aremí Lujano, experta en heridas.
“Cuando llegó tenía gusanos, tejido necrosado, olor muy desagradable, todo el tejido muerto” explicó Horacio García a medios locales en agosto, tras la intervención. “Optamos por hacer el procedimiento quirúrgico de pie, mediante bloqueos regionales y una sedación profunda” añadió.
Mixtli, al igual que muchos equinos en México, era una yegua de carga de basura. Los vecinos de la zona enviaron un aviso a Defensoría Animal, denunciando su deplorable estado de salud. Cuando autoridades de la Procaduría de Protección al Medio Ambiente acudieron a poner a salvo a la yegua, su dueño ya la había abandonado.
Al llegar, encontraron a Mixtli desvanecida en el terreno de un criadero de caballos en el que fue abandonada por su propietario, después de que fuera incapaz de terminar su intensa y dura jornada de trabajo.
Las heridas de su torso, explicó Velázquez Ramírez, evidencian que el animal sufrió durante años el doloroso roce de un arnés inadecuado, que fue devorando su pelaje y su carne y le provocó la severa infección.
Melissa Trouyet, directora de la organización, anunció tras la muerte de Mixtli que ha presentado una denuncia ante las autoridades del Estado de México contra el maltratador. Compartió estar rota de dolor, y aseguró que buscará justicia para la yegua, pero también para las decenas de equinos que padecen estas mismas condiciones.
Desde la organización han rescatado a 70 equinos (caballos, burros, yeguas…) maltratados por carretoneros, que los utilizan para transportar basura y mercancía y los “tratan como objetos, no como seres vivos”.
Aunque hay en todo el país, los expertos explican que en el corredor de municipios del Estado de México que colinda con la capital (Ciudad de México) es muy frecuente ver caballos carretoneros.
A estos se les obliga a mover cargamentos de más de 700 kilos. Además, los propietarios frecuentemente fustigan al animal si se rezaga por cansancio, golpeándole con palos, tubos o látigos.
A las largas jornadas de doce horas se les suma el lamentable estado de salud con el que deben laborar: no se les cortan los cascos, no se les colocan herraduras y soportan desnutrición y deshidratación.
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Source: Infobae