Murilo Kuschick[1]
Este fin de semana se celebraron elecciones municipales en Brasil en poco más de 5500 municipalidades involucrando a poco más de 120 millones de electores.
Una de las cuestiones importantes de estas elecciones era el nivel de respaldo que tendrían los candidatos afines al presidente Bolsonaro; pese a que él había renunciado al Partido Social Liberal (PSL), agrupación que lo había llevado al poder en el 2018.
Por tanto, uno de los puntos importantes en esta elección era conocer el grado y la influencia del actual presidente en los resultados de la elección, si bien son elecciones locales y es muy importante la situación en cada una de las ciudades el contexto que ahí se vive.
Uno de los acontecimientos más importantes ha sido la actual pandemia de Covid19 en donde sean infectado más de 5 millones de personas y han muerto 166 mil personas.
Además, la situación de la economía pese a que Bolsonaro quiso que se retornara a las actividades lo más pronto posible y se hizo un programa gubernamental que entregaba a las personas en situación de desempleo la cantidad de 200 reales, aproximadamente 40 dólares, cerca de seis meses el programa fue interrumpido por la administración de Bolsonaro.
Las elecciones sólo fueron un plebiscito que mide el poder y la influencia del actual mandatario el cual si bien comenzó con grandes apoyos por parte de la población y un rechazo hacia el partido de la izquierda del expresidente Lula que estuvo en la cárcel por más de dos años, fue puesto en libertad.
Sin embargo, Bolsonaro ha estado en el ojo del huracán por distintas razones, principalmente por las acusaciones de corrupción, por sus hijos acusados de varios fraudes, así como su intento por enviar a uno de ellos – Eduardo Bolsonaro-, como embajador de Brasil a los Estados Unidos, su otro hijo Carlos Bolsonaro ha sido acusado de lavado de dinero y desvío de recursos en la Asamblea municipal de la ciudad de Río de Janeiro en donde es consejal.
A partir de esta situación, Bolsonaro ha ido perdiendo el apoyo popular que lo llevó a la presidencia de Brasil y su primer prueba fueron estas elecciones de alcaldes en que los partidos de la izquierda y extrema derecha fueron vapuleados y la victoria estuvo entre aquellos que se encuentran en el centro que son los que se llevaron la victoria, algunos de ellos en el primera vuelta y otros tendrán que refrendar su posición en la segunda vuelta de las elecciones que serán el 29 de noviembre, ya que las elecciones que deberían haberse llevado a cabo en el mes de octubre fueron pospuestas por la epidemia de Covid19 y celebradas ahora 15 de noviembre.
Ahora bien, es difícil dar cuenta de un proceso que tuvo lugar en un país con dimensiones gigantescas como Brasil y en una situación tan particular como la que actualmente está atravesando si tomamos en cuenta la pandemia que actualmente vive; empero, es importante resaltar que por lo menos la organización del proceso electoral mostró un alto nivel de eficacia, ya que de los 150 millones de electores inscritos participó casi el 80% de ellos, una cantidad inferior que la que participó en el la elección presidencial del 2018.
Si observamos el proceso en las principales ciudades del país, como es el caso de São Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Salvador y Porto Alegre, para citar algunas de las urbes más importantes del país.
Se puede decir que el presidente Bolsonaro y sus candidatos fueron derrotados; sin embargo también los candidatos de la izquierda ligada al Partido del Trabajo (PT) también fueron derrotados, pese a que algunas otras opciones ligadas al espectro de la izquierda tuvieron un resultado no tan desolador como es el caso fue el caso en São Paulo, la ciudad más grande del país y con la mayor riqueza, pero que casi siempre ha optado por salidas no muy izquierdistas pese a la gran concentración de población obrera, lo que de una manera muestra la situación de la clase obrera en América Latina siempre decantándose por las opciones populistas y de derecha, como sucedió en épocas pasadas.
En São Paulo, ciudad con más de 12 millones de habitantes el actual presidente municipal Bruno Covas del Partido de la Social Democracia Brasilleña (PSDB) ganó la primera vuelta con 32.85% de los votos, quedando en segundo lugar Guillermo Boulos con 20.2%, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), aquí quedó en cuarto lugar el candidato que fue apoyado por Jair Bolsonaro –Celso Rusumano-, mostrando la caída de la popularidad del ultraderechista presidente de Brasil.
Bruno Covas es hijo de un exgobernador de Sao Paulo, Mario Covas, dando cuenta de la continuidad de la élite política en Brasil, cosa que también sucede en otros estados.
Ya en el caso de Río de Janeiro el actual presidente el obispo evangélico Marcello Crivella quien obtuvo el 21.8% de los votos, mientras que el ganador fue el ex alcalde Eduardo Paes con 37% de los votos, Crivella que fue apoyado por Bolsonaro perdió la primera vuelta, aun cuando tiene posibilidades en la segunda vuelta.
En el caso de Belo Horaizonte, la tercer ciudad más importantes del país, Alexandre Kalil del Partido Social Demócrata (PSD) partido de la derecha, que formó parte de la base de apoyo a Bolsonaro, pero ahora están distanciados, obtuvo la reelección con 63% de los votos, le ganó a Bruno Engler con 9% de los votos del Partido Renovador Laborista de Brasil (PRTB), otra organización de la derecha.
En la cuarta ciudad más importante del país, Salvador, capital de estado de Bahía, fue reelecto Bruno Reis con 64% de los votos del Partido Demócratas (DEM), otro partido de la derecha que venció al Mayor Denice que sacó 18% de los votos y que fue candidato por el Partido de los Trabajadores (PT).
En varias capitales como Curitiba, Florianópolis, también fueron electos candidatos de la derecha y miembros de DEM, lo que muestra la fuerza de la derecha moderada.
Ya en el caso de Porto Alegre, la capital del estado de Río Grande do Sul, en el extremo sur del país, una ciudad creada por inmigrantes alemanes ganó el actual presidente municipal Sebastião Melo con 31% de los votos del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) el mayor partido de Brasil, que sin embargo nunca ha ganado la presidencia de Brasil, tendrá que enfrentarse en la segunda vuelta a Manuela D’Avila con 29% de los votos del Partido Comunista del Brasil (PCdoB).
Con estas victorias la derecha menos extremistas muestra a Bolsonaro que si bien el espectro de la derecha, pero con mayor moderación y la izquierda no necesariamente moderada, pero alejada del PT, de Lula y de lo que él significa para la política brasileña, muestra que los extremismos y la imagen que se forjan los distintos partidos y candidatos pesan a la hora de las elecciones y si bien esto no sea el presagio de lo que va a suceder en el 2022, muestra una nueva imagen de la disputa política en Brasil, en donde los partidos de la derecha se alzaron con la victoria en la elección más grande del mundo.
[1] Profesor-Investigador, Departamento de Sociología, UAM Azcapotzalco, [email protected].