Hay que ser muy cruel para abandonar a un animalito, y sobre todo si no está en las mejores condiciones de salud, lo que significa que si lo dejan solo, lo más probable es que no sobreviva por su cuenta. Así fue el caso de Luna, una pequeña gatita, que fue abandonada junto a su hermanito. Cuando los encontraron, ambos estaban en condiciones deplorables.
Una mujer de gran corazón, Samantha Boston, los encontró en el jardín trasero de su casa. Rápidamente tomó a los dos pequeños y los arropó. Estaban temblando de frío, desnutridos y con una infección en su piel. Tampoco podían abrir sus ojos. Los llevó al veterinario y los cuidó en casa, pero desafortunadamente, el macho no resistió y falleció.
En cambio, Luna, siguió luchando y comenzó a beber leche y comer cada día más. Hasta que un día logró abrir sus ojos y Samantha notó que había algo extraño en ella. Tenía los ojos desviados. Inmediatamente la volvió a llevar al veterinario. Allí la examinaron y le dijeron que lo más probable es que la hayan abandonado por tener esa condición en sus ojos, y luego por la infección no los pudo abrir más.
Pero afortunadamente, el veterinario descubrió que tener los ojitos cruzados no le suponía ningún problema a su vista. “Solo la hace verse diferente y más adorable”, explicó Samantha al sitio Love Meow.
Y aunque Luna era más pequeña de tamaño que su hermano, no se cansó de luchar hasta mejorarse por completo. Hoy está crecida y es muy feliz, con sus ojos desviados, en casa de Samantha, en donde se ha hecho sus mejores e inseparables amigos: Tilly, otra gatita adoptada y Lucca, un adorable perrito.
Darle una nueva oportunidad de vida a un animalito es lo mejor que uno puede hacer como ser humano. El amor incondicional que entregan en agradecimiento vale más que cualquier otra recompensa.
Source: UPSOCL