No podemos desaprovechar el día del niño, para hacerte recordar tu infancia y la manera tan inocente en la que te divertías (no como ahora, sucio). Por eso te dejamos los 5 juegos de niños con los que morías de diversión y que en la actualidad los chavitos están lejos de jugar.
1.Policías y ladrones. Este consistía en hacer dos equipos, uno eran los policías y otros los ladrones, por su puesto se trataba de que los buenos atraparan a los malos y tenían que llevarlos a la “cárcel”. Ah, pero eso sí, habían bases en las que no te podían atrapar, y por supuesto, podían llegar a rescatarte e incluso podías hacer “cadenita” desde la base para poder rescatar a alguien sin correr riesgos. ¡Qué buenos recuerdos!
2.Escondidillas. El chiste de este juego era correr a esconderse antes de que el looser al que le tocaba contar terminara y te fuera a buscar. Desde luego al primero que encontrara es a quien le tocaba contar y buscar a los demás. Lo mejor de este juego es que, ya más grandecito podías aprovechar la oportunidad para ir a esconderte con la chavita que te gustaba. ¡Nada perdido!
3.Coleadas. Consistían en tomarse todos de las manos en fila, para después salir corriendo todos juntos. Podían ser coleadas normales (solo corriendo), o usando patines y siendo jalados por alguien en una bicicleta. El problema de estas, es que alguien podía salir muy lastimado. Si no nos creen, pregúntenle a los dientes de varios niños que los perdieron de esta forma.
4.Burro castigado. En este ponías a prueba tus habilidades gimnasticas, ya que tenías que ir saltando una hilera de niños que se colocaban encorvados. La primera ronda, todos estaban muy pegados a piso y conforme lograbas pasar las rondas, iban subiendo de altura y obvio, se te complicaba el poder saltarlos sin caerte tú ni fregarlos a los “burros”. ¡Cuántas caídas tan memorables!
5.Cebollitas. ¿Qué no darías por jugar ahora a las cebollitas con tus amigas? Si no recuerdas bien las reglas de este juego, pues te las explico. Todos tenían que sentarse en hilera uno detrás del otro con las piernas abiertas para que embonaran, y de esta forma pudieras sujetar a la persona de enfrente por la cintura, luego llegaba un niño, quien era el encargado de jalar al de hasta adelante y si lograba zafarlo de la fila, este se le unía y juntos seguían jalando, y así sucesivamente.
Seguramente ya te dieron ganas de salir corriendo de tu trabajo, llamar a tus cuates de la infancia y preguntarles que si quieren jugar alguno de estos juegos de antaño contigo, solo para conmemorar el día del niño.
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