CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Los obispos en Irlanda han creado pautas detalladas para abordar un tema que la Iglesia católica romana ha tratado de mantener en secreto durante siglos: la difícil situación de los niños nacidos de sacerdotes, así como las mujeres con quien los tienen.
La política, aprobada en mayo y hecha pública en los últimos días, afirma que el bienestar del niño es primordial. Dice que la madre debe ser respetada e involucrada en la toma de decisiones y que el sacerdote “debe asumir sus responsabilidades personales, legales, morales y financieras”.
Se cree que las directrices representan la primera política pública integral de una conferencia episcopal nacional sobre el tema, que durante mucho tiempo ha estado envuelta en la secrecía. Antes de ordenarse, los sacerdotes católicos romanos toman un voto de celibato.