Admirador del futbol europeo, deseoso de que sus pupilos cada vez emigren más allá, a Juan Carlos Osorio le llegó el partido que deberá marcar su verdadero parámetro al frente de la Selección Mexicana.

Siempre bajo la lupa, a veces minimizada su gran racha y casi siempre contra rivales lejos de la élite, el colombiano encabezará al Tricolor en una nueva Confederaciones al enfrentar a Portugal y Cristiano Ronaldo este domingo a las 10:00 am del centro de México y 18:00 locales.

El partido se jugará sin los llenos tradicionales de la Selección azteca fuera del país. La lejanía y el insuficiente entusiasmo de los rusos harán que la imponente Arena Kazán cuente con algunos lugares vacíos, a pesar de la concurrencia en la cancha.

Porque México llegará con qué presumir: casi clasificado al Mundial, líder del Hexagonal, con 18 victorias, 4 empates y solo 2 derrotas en la era Osorio, además de un cuadro que poco a poco va convenciendo en las formas. Calidad ya había pero el compromiso de hoy parece distinto.

Justo eso es lo que elogió del Tri el entrenador portugués, Fernando Santos, el día previo al juego. Pero los lusos también tienen lo suyo. No solo a Cristiano, quien ha demostrado que su competitividad va más allá de su entorno, por más tormentoso que parezca.

Acusado de evasión fiscal en España y envuelto en una polémica en la que supuestamente quiere irse del Real Madrid, lidera un cuadro de otras grandes figuras, gracias a las cuales es campeón reinante de la Euro.

Por eso Portugal, con 15 de los jugadores que ganó el torneo de UEFA, será el verdadero parámetro. Porque la posición promedio en el Ranking FIFA de los 24 rivales de México durante la era Osorio es la 53. Los lusos son el octavo mejor equipo del mundo en esa clasificación, en la que el Tri es 17.

No será Jamaica, Trinidad o Islandia el contrincante esta vez. El monarca de la UEFA estará enfrente y, al parecer, en un momento justo, con Osorio con año y medio ya al frente de la Selección Mexicana, un día antes de cumplirse el 7-0 chileno y con la oportunidad inmejorable de mostrar que el Tri puede volver a competir en las grandes ligas.