Alice Weekes tiene 18 años y vive en Hampshire, Inglaterra. Es un joven que lleva una vida perfectamente normal, salvo por una condición que afecta seriamente su piel: Alice sufre de psoriasis desde que tenía, apenas, 11 años. Por esa época, sus peluqueros pensaban que ella tenía tiña en el cuero cabelludo, o alguna otra extraña condición, cosa que nadie se tomó demasiado en serio, y la psoriasis no fue diagnosticada sino hasta que Alice cumpliera los 15 años.
Hoy, las manchas de su sarpullido ya pueden llegar a invadir cerca del 70% del cuerpo de Alice durante los brotes más agresivos.
Sin embargo, Alice ya está cansada de esconderse. Hace 4 días habló por primera vez con un medio que quería entrevistarla: el Daily Mail, y reveló que ella está aprendiendo a amar su cuerpo, y que ya no está interesada en seguir escondiéndose. Esta es una declaración única sobre una experiencia de este tipo:
“Cuando comenzaron los sarpullidos, estaba muy consciente de éstos, y comencé a usar ropa que cubriera todo mi cuerpo, así la gente no vería. También tenía mucha ansiedad, lo que me hizo sentir horrible y no me permitía dejar la casa si me veía mal, pero ahora estoy aprendiendo a amarme a mí misma y a mi piel.
Ahora estoy tan acostumbrada a mi psoriasis que ni siquiera recuerdo cómo me veía sin ella, y estoy mucho más cómoda de mostrarle mi piel a las personas.
La reacción que las personas tienen hacia mí suelen ser miradas extrañas, y un montón de preguntas. Me han preguntado si es contagioso, o si estoy enferma“.
Hoy, Alice es una aprendiz de estilista, y también habló largo y tendido para el Daily Mail sobre los momentos en los que la psoriasis comenzó a aparecer:
“Estaba en el peluquero a los 11 años, y ellos pensaron que tenía tiña en mi cuero cabelludo, con el paso de los años solo empeoró, y finalmente me diagnosticaron con psoriasis cuando tenía 15.
Comencé usando tratamientos tropicales, pero mi dermatólogo me dijo que los dejara, y solo humedeciera mi piel. Ahora estoy comenzando una terapia liviana de 10 semanas.
No quiero esconderme más, quiero educar a las personas mostrándoles que las enfermedades autoinmunes son normales, y que mi piel se ve distinta, pero es completamente normal. También quiero aumentar mi confianza, así que decidí compartir mi condición en las redes sociales, para conseguir una reacción positiva, así podría volver a salir de mi casa sin querer cubrirme entera.
Pero a pesar de la admirable determinación de Alice, ella asegura y recalca que no está sola en esto, pues ha recibido un importante grado de apoyo de su familia y amigos, y de todos los cercanos a la psoriasis que le han enviado mensajes de apoyo:
“Mis amigos y mi familia son un gran apoyo, siempre dijeron que estaban orgullosos de mí, y eso me dio confianza. Ven que puedo abandonar la casa cubierta de psoriasis, sin maquillaje, o con ropa que quiero usar, eso los hace ver que pueden tomar las mismas decisiones, y comenzar a amarse a sí mismos.
Me gustaría decirle a los demás que ignoren las miradas y comentarios, y se amen. Ámense incluso si sienten que no pueden hacerlo en este momento. Levántense todos los días y díganse que son hermosos.
Amen la piel que les dieron, no están solos. Fueron hecho de esa forma por alguna razón, y aunque sean diferentes, lo diferente es hermoso“.
Alice tiene mucha razón, a veces nos hace falta un pequeño empujoncito para aprender a amarnos.
Source: UPSOCL