Quien sea que te diga que esto del feminismo y que las mujeres salgan a marchar para reclamar en contra del machismo es una estupidez, que no hay nada por lo cual luchar porque sólo estamos exagerando, está de lo más equivocado. Porque sigue pasando, y seguirá pasando si no hacemos nada para impedirlo. 

Y es que lleva años pasando, escándalos machistas en los que a pesar de que la mujer no había hecho nada malo, los hombres -de una u otra forma- terminan ganando igual siguen sucediendo.

Acá hay seis de esos casos en la industria del espectáculo, donde queda demostrado que es algo que ocurre, ha ocurrido y seguirá ocurriendo: unos son de los 80′ otros de hace tan solo unos años.

1. Janet Jackson versus Justin Timberlake

Ambos cantantes se presentaron en el escenario más importante de la televisión estadounidense: el entretiempo del Super Bowl. El caso es icónico, durante la presentación Justin arranca una parte del vestido de Janet y deja expuesto su seno con el pezón tapado con una joya.

¿Desenlace? La mujer que redefinió la música en los 90, que tuvo discos ampliamente aclamados por la crítica cayó en el olvido y nadie más quiso saber de ella, mientras que Justin Timberlake siguió su carrera como si nada hubiese pasado.

2. El caso Aniston/Jollie

Cuando comenzaron los rumores de que Brad Pitt había terminado su matrimonio con Angelina Jolie las críticas comenzaron a llover según qué bando habías decidido tomar: que una es una rompehogares y que la otra una víctima, que no supo retener al marido.

Seas del bando que seas, te dedicas a criticar a una de las dos mientras que Pitt, el hombre que provocó todo el escándalo, sale limpió de polvo y paja, sin ninguna crítica en su contra.

3. La trampa a George Michael

Cuando sorprendieron a Hugh Grant recibiendo sexo oral de una prostituta, mientras estaba casado con Elizabeth Hurley, solo tuvo que pagar un poco más de mil dólares de multa y todo el mundo olvidó lo que había sucedido, su carrera continúo como si nada.

Mientras que cuando George Michael, afamado cantante, coqueteó con un chico en un baño -sin llegar nunca a tener sexo, porque el chico era un policía encubierto-, su carrera se fue a pique.

4. La sexualidad de Madonna

Mientras hombres como Prince, David Bowie, Lenny Kravitz, Mick Jagger o Michael Jackson hablaban de su sexualidad, fantasías y tocaban temas de este estilo, todo estuvo bien. El problema llegó cuando una mujer decidió hacer lo mismo, lo que para otros era permitido para Madonna representó un estancamiento gigante en su carrera.

La que sólo volvió a encaminarse cuando tuvo una hija y protagonizó un musical -ósea, cuando hizo lo que la sociedad esperaba que hiciera-.

5. La invención de Whitney Houston

La heroína romántica, la “chica negra que los blancos aman”, la próxima novia de América, la cantante que se convirtió en una de las más grandes estrellas de la música mundial que nunca fue como los productos que la lanzaron a fama crearon. La verdadera Whitney era una chica católica del gueto, en la que predominaba un carácter fuerte, peleona y determinada.

Nada de eso podía mostrarse cuando se estaba formando su carrera, porque como pasó, cuando la idea de Whitney Houston murió y la verdadera salió a flote, el público que juró amarla le dio la espalda.

6. Las locuras de Miley Cyrus

Cuando Miley Cyrus decidió dejar de ser Hannah Montana lo hizo lanzando un disco que tocaba temas más adultos y con claras referencias al sexo. Cuando se presenta en los MTV junto a Robin Thicke para presentar su canción Blurred Lines -en donde se le acusa de trivializar la importancia del consentimiento-, es ella la única crítica por una presentación demasiado sugerente y obscena. Él dice “que no sabía nada” de lo que Miley haría.

“Yo me llevé toda la culpa. Él actuó como si no supiese qué iba a pasar. ¡Pero si estabas en los ensayos! ¡Sabías exactamente lo que iba a pasar! ¡Él aprobó mi vestuario y me quería lo más desnuda posible, porque así salían las chicas en el vídeo de su canción!”.

-Miley Cyrus a The New York Times.

Source: UPSOCL