Por Jaina Pereyra *
Hace algunos días, en lo que sólo podría haberse anticipado en un cuento de realismo mágico, la intervención en tribuna de Germán Martínez durante la discusión sobre la consulta del aeropuerto se viralizó.
Jóvenes afines a López Obrador difundían con frenesí a Germán, quien, a su vez, defendía con ímpetu a López Obrador.
“Es un honor estar de este lado del debate con López Obrador”, inició y concluyó su intervención. En su sonrisa pícara se reflejaba la consciencia de quien sabe lo poco previsible que parecía este escenario en 2006. En 2009. Todavía en 2017.
Germán Martínez, la cara de la defensa legal de la victoria de Felipe Calderón; de esa victoria que ha sido señalada como espuria una y otra vez por el presidente electo, en tribuna, hablando de la regeneración de la democracia y del orgullo que le genera el presidente (así, sin electo, ni nada) “que está adelante”.
Pero Germán Martínez es un político que sabe de símbolos. El inicio y conclusión de su intervención es un mensaje directo al panismo. “Es un honor estar con Obrador”, dice, y en el fondo nos recuerda la anécdota que publicó Juan Ignacio Zavala cuando Germán anunció por primera vez su afinidad con AMLO (http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/juan-ignacio-zavala/conversion-mo…). Según lo refiere Zavala, cuando Germán Martínez todavía se definía como orgulloso panista, alguien lo había interpelado en una librería gritando esa misma frase: “¡es un honor estar con Obrador!”, a lo que Germán, con agilidad respondió “¡es más chingón estar con Calderón!” Eso se acabó, nos dice sin decirlo.
Pero los símbolos no terminan ahí. Toda la intervención revela el discurso de alguien que ha entendido bien a López Obrador. Alguien que no tiene empacho en prestarle su suspicacia; en darle fundamento a su narrativa. Generoso, le da consistencia y sentido a una consulta que nadie más en Morena quería o podía defender. Germán le da dimensión política e histórica porque entendió esos 30 millones de votos.
A esos 30 millones de votantes de un régimen que se autoproclamó como la Cuarta Transformación. 30 millones que confiaron en un líder a quien le gusta equipararse con Juárez, con Madero, con Cárdenas. 30 millones de votos de quienes confiaron en que el cambio implicaría un “estado de bienestar con los de abajo, por los de abajo y para los de abajo”.
A todos ellos Germán Martínez les endulza el oído; nutre su autocomplacencia; les dice que sí, que se regocijen, que están refundando al país. “Es la regeneración. Es un nuevo comienzo. Una nueva democracia”. La consulta “es contra los corruptos. Es contra la deuda pública que tenía el proyecto. Es contra la asignación de obra pública con moches”, (moches: otra vez mensaje directo a los panistas) y los lopezobradoristas sienten que están restituyendo el equilibrio del mundo.
Orgullosos declararán que los representa. Aunque Germán siempre haya sido ese mismo político culto y articulado, apenas hoy le confieren respeto. Ahora es uno de los suyos porque él les regala un “nosotros” que los llena de autoestima.
Pero, al mismo tiempo, Germán le da un consejo a la oposición que, me atrevo a decir, ni siquiera recibió acuse de su intención. Germán lo dice velada, pero claramente. El camino con Andrés Manuel es entenderlo como un animal político que, naturalmente, da prioridad a la lógica política. “La mano está tendida para seguir construyendo al nuevo país, pero con nuevas maneras, con nueva actitud”. Vamos, podemos jugar juntos, les guiña. Pero… “no es la técnica, no es el dinero, no es la ambición, los valores fundamentales. Es lo que definamos políticamente”. Las críticas, los ataques, pero también la colaboración sólo será efectiva si viene desde la política. El léxico, las reglas, anuncia claramente, es lo que dicta un presidente —no un regente, insiste una y otra vez— que “prima lo político, que prima a los de abajo, que prima la honestidad, que prima la austeridad”.
Claro que la oposición no lo escucha. No entiende que les está dando un manual. A los priistas. A los panistas. Y también al Poder Judicial, que renueva sus liderazgos en estos días. Es la política, nos dice Germán. Así que será el sexenio de quienes sepan hacer política. A ver si lo entienden. Por lo menos los que saben hacer política.
(Intervención completa del senador disponible en: http://www.canaldelcongreso.gob.mx/vod/reproducir/0_eckqyc4x/Senador_German_Martinez_Cazares%2C_MORENA).
*Especialista en discurso político.
Directora de www.discurseros.com
Source: Excelsior