Una broma de mal gusto sobre migrantes ha sido el primer tropiezo de la política comunicacional del presidente francés, Emmanuel Macron.

El mandatario hizo el desafortunado comentario durante una charla distendida en el centro regional de vigilancia y salvamento en el Atlántico en Etel, Bretaña.

Intentando mostrar su conocimiento en materia de embarcaciones, Macron interrumpió a su interlocutor, que le hablaba de tapouilles, unos barcos de pesca típicos de Guyana, y de kwassa kwassa, en el sureste de África, para precisar: “Las kwassa kwassa están en Mayotte”, la isla francesa vecina a Comores. El problema fue lo que agregó a continuación. “Pero las kwassa kwassa pescan poco, sirven para llevar a comorenses. ¡Eso es diferente!”, dijo riéndose.

Su comentario en torno a las precarias embarcaciones de la zona de las Comores –que por su uso para llegar a Mayotte, territorio francés, son un símbolo de la arriesgada inmigración ilegal por mar– ha recibido tantas críticas en los últimos días que el Elíseo ha tenido que pedir disculpas. 

Después de que el Gobierno reconociera que el presidente hizo un comentario “desafortunado”, este lunes fue el propio Macron el que habló con su par de Comores, Assoumani Azali, para “calmar” los ánimos de una comunidad que se ha sentido insultada con unos comentarios “desconsiderados”.

Las críticas no tardaron en llegar en el marco de la campaña electoral legislativa. “Es una forma de desprecio de clase”, criticó el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon. “Indigno”, condenó Pierre Laurent, secretario nacional del Partido Comunista de Francia, según el diario Libération. François Baroin, jefe de filas de Los Republicanos para las legislativas, dijo a la agencia France Presse que se trata de una broma preocupante. “Es chocante, sobre todo cuando se es presidente”, subrayó.

Emmanuel Macron (Reuters)

Emmanuel Macron (Reuters)

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Comores, Mohamed Bacar Dossar, no tardó en calificar la broma de “ofensiva y despectiva” e hizo hincapié en que eran necesarias unas disculpas. “Este no es un tema que se preste al humor”, lamentó. El presidente de las Comores, Assoumani Azali, tildó la frase de “imprudente” y la atribuyó a la “juventud” de Macron.

Tras la polémica, Macron telefoneó a Azali para expresarle su disposición a fortalecer la cooperación “para evitar más tragedias humanas” y ambos líderes acordaron “reunirse en un futuro próximo” para abordar tanto cuestiones de “seguridad” como de “desarrollo”.

Antes del episodio, el presidente francés había culminado con sólo cinco palabras una exitosa estrategia diplomática que también incluyó un calculado apretón de manos con su par estadounidense, Donald Trump. Make the planet great again, escribió Macron en inglés parafraseando el lema de Trump “Make America great again” (‘Hacer América grande de nuevo’), al final de su dura respuesta a la decisión de Washington de retirarse del Acuerdo de París.

Las kwassa kwassa son, en el océano Índico, lo que que los cayucos o las pateras representan en el Mediterráneo. Cada año, cientos de personas pierden la vida intentando atravesar en estas embarcaciones los 70 kilómetros que separan las Comores de la isla de Mayotte, un departamento francés desde 2011 y desde 2014 parte también de la Unión Europea.

Según datos del Senado francés de 2012, desde 1995 y hasta ese año, entre 7.000 y 10.000 comorenses murieron cuando se hundieron las kwassa kwassa en las que intentaban llegar a Mayotte. Desde entonces, la cifra no ha dejado de aumentar, en una tragedia migratoria que es un espejo de la que se vive en el Mediterráneo.