El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, y su secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard, se han apuntado su primer gran fracaso internacional.
Finalmente, la postura del presidente estadounidense en temas de migración ha sido la que se ha impuesto y el gobierno de México ha tenido que ofrecer 6,000 elementos de su Guardia Nacional para cuidar la frontera sur de México con Guatemala, por donde miles de Centroamericanos ingresan a nuestro país en su camino para llegar hacia los Estados Unidos, algo que hasta hace poco era permitido por el gobierno mexicano, quién favorece el derecho de paso como parte de una visión humanitaria y de derechos humanos, impulsada por el presidente Obrador.
Esta visión, totalmente opuesta a la del presidente Donald Trump, ha tenido que cambiar y ha sido Obrador y su gobierno quién se tiene que ajustar a los requerimientos del presidente estadounidense, realizando detenciones masivas y deportaciones que hasta ahora no se habían registrado en nuestro país.
Finalmente, queda demostrado una vez más el poco margen con el que cuenta un presidente mexicano, -así sea AMLO-, desde que Estados Unidos es nuestro vecino del Norte , es decir, desde siempre.
Todo esto, es importante destacar, son acciones emprendidas por el gobierno mexicano con el fin de agradar al presidente Trump, quién no ha decidido si levantará o no los aranceles a productos mexicanos a partir del día 10 de junio, como lo dijera el mandatario norteamericano hace unos días atrás.
Lastima que los tiempos de AMLO sean también los tiempos de Donald Trump, no se puede todo, definitivamente.