Quizá no es que, naturalmente, sea la mujer la que levanta las mas bajas pasiones del hombre, sino su ropa. Estaríamos hablando pues de fetiches, o fetichismo.
Para hablar de ello es necesario, primeramente, definir nuestro concepto:
Fetichismo:
“Admiración exagerada hacia una persona o una cosa a la que se otorgan virtudes extraordinarias”
No hay que detenerse mucho tiempo en un lugar publico para darse cuenta que uno o varios hombres observan con deseo a una mujer cuando esta viste de manera particular, llamativa, o “coqueta” termino impropio que usaremos para explicar nuestro concepto.
Sea que es una falda corta, un escote, o una transparencia, estas prendas logran que los hombres volteen y no dejen de mirar hasta que esta se pierda a lo lejos, en el mejor de los casos.
Existe también una concepción mas o menos generalizada, por ejemplo, de que los leggings, que destacan las piernas de las mujeres, son de las prendas favoritos de los hombres.
Esto nos lleva a decir que es entonces un fetiche para los hombres la ropa que visten las mujeres y no tanto así las mujeres en si mismas.
Si una mujer que no es “estrictamente bella” pero esta bien arreglada, entonces ella se convierte en “una mujer pasable”. Volvemos al fetiche de la ropa.
Estos planteamientos desecharian uno de los principios feministas acerca de que las mujeres son ultrajadas solo por ser mujeres, dando lugar mas bien a que los hombres poco pueden resistirse a satisfacer sus mas bajos instintos fetichistas.
Basta con que usted, hombre o mujer que esta leyendo esto, se ponga a pensar como es que a su pareja, o parejas sexuales, han disfrutado mas de un encuentro sexual, ¿con algo de ropa, o completamente desnudos?
Ojo. Toda acción sexual ejercida sin consenso es reprobable y merece el castigo de las Leyes del hombre y de Dios.