Isaac Ramírez – febrero 01, 2020
Aunque el Estado de México se mantendrá por 15 días más con el semáforo epidemiológico en color rojo, debido a que prevalece el riesgo alto de contagios por el COVID-19, a partir de este lunes 01 de febrero, las plazas y centros comerciales, tiendas departamentales, gimnasios y establecimientos dedicados al comercio al por mayor y al menudeo, papelerías, tiendas de ropa y mueblerías, podrán reabrir sus puertas, mientras que los restaurantes podrán extender sus horarios de servicio hasta las 20:00 horas, con un aforo máximo del 40 por ciento en exteriores o terrazas y de 30 por ciento en interiores.
De acuerdo con el Acuerdo de la Secretaría de Salud, acerca de las nuevas medidas para la reanudación de actividades económicas, sociales y gubernamentales, publicado en la Gaceta de Gobierno del Estado de México, desde este lunes, podrán retomar su operación los comercios al por menor y al por mayor, tales como papelerías, tiendas de ropa, jugueterías, mueblerías, refaccionarias, tiendas de artículos electrónicos, entre otros; los relacionados con servicios personales, como peluquerías, tintorerías, talleres, locales de reparación de electrodomésticos y mantenimiento en general; las tiendas departamentales, centros y plazas comerciales, así como los gimnasios que operen exclusivamente en espacios abiertos.
El documento oficial señala que estos establecimientos solo podrán operar de lunes a viernes, hasta las 21:00 horas, y con un aforo máximo permitido del 20 por ciento, por lo que, fuera de ese horario, deberán permanecer cerrados, incluyendo los fines de semana; aunque, en el caso de los centros comerciales, podrán abrir para las unidades económicas que realicen actividades esenciales, como es el caso de bancos o de tiendas de telefonía celular y/o telecomunicaciones.
En el caso de los restaurantes, el acuerdo establece que podrán ampliar su horario hasta las 20:00 horas, únicamente de lunes a viernes, pero solo podrán trabajar con un aforo de 30 por ciento en espacios cerrados y de 40 por ciento en sitios abiertos, pero no se permitirá música en vivo o ambiental. De la misma forma, fuera de estos tiempos, incluyendo fines de semana, solo podrán continuar prestando el servicio a domicilio o bajo la modalidad para llevar.
Asimismo, los espacios públicos, parques, zoológicos, áreas naturales, actividades acuáticas y campos deportivos, así como las actividades físicas y recreativas al aire libre, se podrán retomar sin restricciones, mientras que los hoteles o moteles deberán limitar su aforo al 30 por ciento.
Por el contrario, los negocios que deberán permanecer cerrados son las relacionados con bares, cantinas, salones de baile, discotecas y videobares, centros nocturnos, centros botaneros y cerveceros, casinos, billares y cualquier establecimiento para venta de bebidas alcohólicas para su consumo inmediato y/o al copeo, balnearios, boliches, baños públicos, vapores, spas, palenques, museos, cines y teatros.
Además de que no se permitirá la celebración de eventos masivos políticos, religiosos o sociales, eventos o espectáculos públicos, salones de fiestas y/o jardines para eventos sociales, verbenas, ferias, desfiles, fiestas populares, entre otros.
Reaccionan empresarios
El director general de la Unión Industrial del Estado de México (Unidem), Francisco Cuevas Dobarganes, advirtió que existe una descoordinación entre las medidas anunciadas por la entidad mexiquense y por las autoridades capitalinas, lo que podría propiciar un aumento en la movilidad de la población de ambos territorios y que, en su caso, se maximicen los contagios de COVID-19.
“El que las plazas comerciales abran en el Estado de México y cierren en la Ciudad de México, implicará que haya movilidad de las delegaciones capitalinas hacia los municipios mexiquenses; el que los restaurantes del Edomex cierren los fines de semana y los capitalinos no, tendrá el efecto inverso”, resaltó.
El líder empresarial aseveró que esta descoordinación que existe entre los gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México podría derivar en nuevas afectaciones a la salud y a la economía, pues, por un lado, se propicia que la gente se concentre en los pocos establecimientos que tienen permitido reabrir sus puertas en alguna de las dos entidades, mientras se generan daños en los ingresos de los locales que aún no puede retornar o que tienen que cerrar sus cortinas en ciertos días, debido a que los clientes se irán del otro lado del territorio para seguir gozando de los servicios.
«En diciembre, hubo voluntad de los Gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México para que las acciones fueran coordinadas y ello se ha reflejado en la disminución de la movilidad y el aplanamiento de esta nueva curva epidemiológica en los últimos días. Sin embargo, ahora cada entidad federativa dicta medidas descoordinadas y actúa como si no se tratara de una Megalópolis y fueran geográficamente distantes e independientes», criticó.
Pese a ello, Francisco Cuevas aseveró que la reapertura parcial y restringida de algunas actividades formales, ayudará a dar un respiro a los dueños y disminuir el riesgo de que cierren definitivamente, pues la mayoría arrastra pasivos económicos con proveedores o instituciones bancarias que ponen en riesgo su permanencia, ante lo que calificó como un mal manejo de la pandemia para controlar los contagios y evitar un quiebre financiero.
Ciudadanos corresponsables en malas decisiones
Por su parte, el Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México (Concaem) reconoció la sensibilidad del gobierno mexiquense para permitir la reapertura parcial de giros no esenciales y aunque afirmó que esta decisión no es suficiente para garantizar la reactivación económica, las condiciones de salud que prevalecen en esta entidad aún no permiten el retorno total de todos los sectores.
«Continuar en semáforo rojo es el resultado de una serie de malas decisiones que, como ciudadanos, hemos tomado. Debemos asumir nuestra responsabilidad, ya que en muchos espacios continúan las fiestas, reuniones y el comercio informal, sin respetar las condiciones de sana distancia y uso de medidas de protección. Para el sector es una buena noticia el que podamos incorporar más giros a la activación económica; sin embargo, sabemos que el camino aún es largo», mencionó.
El presidente del Concaem, Gilberto Sauza Martínez, pidió cambiar la estrategia que se ha llevado hasta ahora para la reactivación económica, pues dijo que es necesario que se deje de considerar a los negocios como esenciales o no esenciales, ya que, a 10 meses de que inició la emergencia sanitaria, todos deben ser considerados como indispensables; no obstante, ahora es necesario recategorizarlos por el riesgo real de contagio que implica su operación.
«Necesitamos reconocer el esfuerzo que han hecho los empresarios por adoptar medidas de protección para los colaboradores y la ciudadanía, y darles el respaldo para que sigan haciendo lo que toda la vida han hecho: generar empleo y riqueza», apuntó.
Reapertura parcial, es insuficiente
Por su parte, doce organismos empresariales, incluyendo la Concaem, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), la Asociación de Bares y Restaurantes (Asbar) y la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), comentaron que, si bien la reapertura parcial es un paso importante, no es suficiente para lograr la recuperación de la economía del Estado de México y de sus familias.
«Estamos viviendo una situación muy complicada, donde lograr un balance entre el sector salud y el económico se ha convertido en un gran reto, pero es indispensable que se retomen los horarios y días de funcionamiento a la brevedad, ya que las restricciones marcadas hasta el momento, hace que los gastos de operación se vuelvan insostenibles por mucho más tiempo», puntualizaron.
Destacaron que son más de 698 mil negocios y alrededor de tres millones de personas las que dependen de estos giros, por lo que han preparado um regreso seguro y ordenado a las actividades económicas para que los clientes regresen sin miedo a contagiarse.
Las pérdidas
De acuerdo con las estimaciones que ha realizado el sector, el cierre de los locales dentro de las plazas comerciales podría llegar a al menos el 30 por ciento para el primer semestre del año, cuando se vencerán los contratos anuales que signaron algunos arrendatarios y que, ante la disminución de las ventas, podrían decidir no renovar su permanencia en estos sitios.
En tanto, en el sector restaurantero del Edomex, se han cerrado 10 mil negocios en todo el territorio mexiquense y se calcula que las pérdidas económicas superan los 35 mil millones de pesos.