Imagina que toda tu vida y tus recuerdos de pronto se confunden. Ya no estás seguro de poder expresarte con claridad porque dudas de ti mismo. Y ni siquiera recuerdas donde pusiste el dinero que dejarías para pagar cuentas y comienzas incluso a dudar de la honestidad de tu familia. Pero luego descubres que en realidad solo se trata de tu cabeza, que progresivamente va olvidando todo lo cotidiano… y no se puede detener.

El Alzheimer no debe ser una enfermedad fácil de llevar ni para quien la padece, ni para su entorno. Sin embargo, darse cuenta a tiempo del problema puede hacer que el tratamiento vuelva más lento el deterioro cerebral y así permita que los adultos mayores tengan aún más tiempo viviendo de forma independiente.

Aunque jamás hay vuelta atrás.

Bien lo sabe este hombre, que luego de enterarse de que su madre tenía Alzheimer, hizo todo lo posible porque sus recuerdos se mantuvieran en su cabeza. Sin embargo, la enfermedad es tan devastadora, que es imposible frenarla y solo va aumentando cada vez más… hasta el punto en que la mujer ni siquiera lo reconocía como su hijo.

“Este es el día más duro de mi vida” comienza diciendo el joven entre sollozos luego de una cita con su madre, quien parecía no saber de dónde lo conocía. “No esperaba esto al despertarme por la mañana, pensé que sucedería mucho después. Quizás cuando ella ni siquiera pudiera hablar”.

Pero su Alzheimer estaba avanzado, y ya era imposible hacer que recordara a su propia familia. 

Si bien puede ser una situación muy dolorosa, desgarradora y frustrante para los demás, jamás hay que hacer sentir mal a los ancianos por no poder recordar. Ellos sienten la ansiedad por querer encontrar las respuestas y se desesperan al no poder encontrarlas.

Solo queda disfrutarlos y darles amor hasta el último día, así como cuidarlos, al igual como lo hicieron ellos, con tanta dedicación, cuando éramos pequeños.

Source: UPSOCL