Cuando Mads Nordsveen salió con sus amigos a las montañas de Noruega, iba buscando paisajes y postales de asombrosas montañas. Su trabajo con ello es maravilloso, sin embargo, algo haría que esta vez fuera distinto.
Mientras buscaba el mejor ángulo del paisaje, frente a él un animal blanco que jamás había visto. Al parecer, quería acercarse y tenía una actitud amistosa.
Rápidamente notó que el animal tenía un gran parecido a un reno, pero su piel decía otra cosa: casi se confundía con el color de la nieve.
De pronto vio salir del bosque a su madre, de color café. Entonces notó que el pequeño que estaba frente a él era realmente un reno, pero por alguna razón completamente blanco.
“Se me acercó mucho y nos miramos el uno al otro directamente a los ojos”, dijo Mads a DailyMail.
Y así estuvieron por varios minutos.
Entonces el fotógrafo no dudó en tomar su cámara y hacer hermosas fotografías de su nuevo amigo. El resultado es maravilloso: una criatura tan extraña, tan amistosa y de un color tan peculiar se dejó retratar
A Mads le pareció que el animal posaba para él, y permanecieron así por un buen tiempo, hasta que el pequeño decidió volver con su madre.
Según creencias ancestrales en las zonas de Finlandia, Noruega, Suecia y Rusia, encontrar un reno blanco es una señal de buena suerte. Al parecer, lo fue para este joven fotógrafo, quien capturó uno de los mejores momentos de su carrera.
Source: UPSOCL