“Deben salir a trabajar y pedir ayuda a familiares para que cuiden a sus hijos”, es la llamada de auxilio de una madre de familia leonesa.
Existen en León, según el censo del Inegi, 322 mil jefas de familia y las guarderías son insuficientes para que puedan salir a trabajar y dejar a sus hijos; sin embargo, el número se volvió nulo a raíz de la pandemia ya que tanto madres como padres tuvieron que recurrir a sus parientes cercanos para que los cuidaran mientras las escuelas permanecen cerradas.
Mariana Hidalgo, madre de dos hijos, se ha enfrentado a la falta de guardería para llevarlos en lo que ella y su esposo trabajan, por lo que tuvo que recurrir al apoyo de su mamá para que los cuide.
“Los he llevado a privadas y a las públicas, y me quedo con las públicas; tienen mejor control, aunque está afiliada al IMSS pertenece al banco en donde trabajo, fue la primera guardería institucional aquí en León. Había estimulación temprana y buena comida”, contó.
Sin embargo, su bebé de dos años tuvo que quedar en manos de su abuela a raíz del cierre de la guardería por la pandemia; mientras que su otro hijo, de cinco años, acudía a otra guardería privada.
“El problema con las guarderías en León es que en las mejores están muy peleados los cupos; yo no tuve problema porque era del banco, y cuando iba a nacer mi bebé fue cuando implementaron la guardería”, comentó.
Por su parte, Gilberto Cisneros consideró que, en un principio, el cierre de los colegios fue una buena medida, ya que por lógica los padres no iban a permitir que sus hijos fueran a la escuela hasta conocer bien la situación, pero el cierre por pandemia se extendió mucho y los más afectados son los niños.
“Mi hijo de 4 años iba en segundo de kínder, pero sí les ha afectado en todos los sentidos; emocionalmente también le ha afectado mucho, ya no tienen con quién jugar, se enfadan mucho en estar encerrados en casa y de vez en cuando los sacamos pero sí les ha afectado”.
Después de más de un año sin escuelas también se les complicó en el desarrollo de sus actividades laborales, pues Gilberto se encargaba de llevarlos a la escuela y su esposa los recogía; aunado a que han tenido problemas en el matrimonio a causa de eso.
El menor iba a un kínder gratuito, el cual considera que tenía las instalaciones adecuadas para él; mientras que la mayor, acababa de ingresar a la primaria, por lo que fue más complicado para ella, “fue como el experimento”, y más tener clases por internet”.
“Sí extraño la escuela, me gustaba tener amigos, no me gusta estudiar en casa, no quiero conectarme”, confesó la pequeña Hillary Cisneros, de 6 años, quien jugaba en el parque en compañía de sus padres y su hermano.
En tanto, María Tavares, quien tiene dos hijas, una en primero de primaria y otra en tercero, confiesa que a raíz de la pandemia su vida cambió mucho en torno a la educación de sus hijas, porque “batalla mucho”, principalmente con la más pequeña porque exigen que debe aprender a leer pero todavía no puede.
“Y yo me presiono y se presiona ella. Estoy trabajando y mi sobrina me las cuida pero es complicado. La maestra les manda copias o les ponen a hacer cosas para estudiar”.
Al igual que Gilberto Cisneros, la mujer consideró que en un principio fue una buena actuación del gobierno el cierre de las escuelas, sin embargo, piensa que ya se tardó mucho en reactivar el regreso a las clases, por lo que espera que pronto todo regrese a la normalidad por el bien de las niñas y niños.
Por su parte, el candidato de Morena a la alcaldía de León, Ricardo Sheffield, tiene contemplado un plan que pueda activar y garantizar la calidad de vida de las familias. “La pandemia ha hecho estragos en la economía de la familias. Hemos perdido mucho tiempo o actuamos ahora o nos hundimos. León no puede bajar la guardia en la salud, pero debe poner todo su esfuerzo en la reactivación económica y debe hacerlo ya. ¡Es necesario brindar el apoyo a la sociedad y las familias ya!!”.