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La población de Chile ha mostrado su desacuerdo con la propuesta de una Constitución conservadora. La opción de rechazar esta propuesta ha sido mayoritaria en la mayoría de las dieciséis regiones del país, especialmente en la capital, Valparaíso, y en la ciudad norteña de Antofagasta.
En la mayoría de las dieciséis regiones de Chile, principalmente en Valparaíso y Antofagasta, se decidió no aceptar la propuesta constitucional.
Después de contar más del 74% de los votos, los ciudadanos chilenos decidieron este domingo rechazar una segunda propuesta de nueva Constitución con un 55.4%. En cambio, optaron por mantener la actual carta magna, la cual fue heredada de la dictadura militar (1973-1990) y ha sido ampliamente modificada en tiempos de democracia.
El 44.5% de los votantes eligió aprobar el nuevo texto redactado por un Consejo Constitucional en el que predominaba la derecha y la ultraderecha.
Después de este resultado, el debate constitucional se dará por cerrado al menos durante la presidencia de Gabriel Boric (2022-2026), ya que el mandatario de tendencia progresista ha dejado claro que no promoverá un tercer proceso constituyente.
La UDI, un partido conservador que respaldó la nueva propuesta, fue el primero en aceptar los resultados. Su líder, Javier Macaya, afirmó que los chilenos no desean cambios constitucionales ni reformas radicales.
El presidente de la Democracia Cristina, Alberto Undurraga, expresó la esperanza de que en Chile se pueda establecer la importancia de llegar a acuerdos después de dos intentos fallidos. El primer proyecto, presentado por la izquierda, fue rechazado, mientras que el segundo, presentado por la derecha, también enfrentó obstáculos.
En septiembre de 2022, se inició un segundo intento de crear una nueva constitución para reemplazar la impuesta en 1980 por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). En otro referéndum, una mayoría contundente rechazó un proyecto redactado por una convención de mayoría izquierdista que proponía un cambio significativo en el modelo de país.
La derrota de este domingo es un golpe duro para el Partido Republicano de ultraderecha, que tuvo un papel importante en la redacción del nuevo texto y tenía como objetivo convertirse en la fuerza dominante en la derecha.
Mientras que la derecha tradicional y la ultraderecha argumentaban que la propuesta abordaba el problema de la inseguridad y ponía fin a la incertidumbre institucional causada por las protestas masivas de 2019, la izquierda sostenía que el texto era "dogmático" y fortalecía aún más el modelo neoliberal instaurado durante el régimen militar.
Después de votar, el presidente Boric declaró que seguirá trabajando en las necesidades prioritarias de la gente, sin importar el resultado de esta elección. A diferencia del plebiscito del año pasado, en esta ocasión el presidente no se ha involucrado directamente.
La mayoría de las dieciséis regiones del país, incluyendo Valparaíso y Antofagasta, optaron por rechazar la propuesta constitucional.
Según los datos proporcionados por la agencia
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