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viernes, septiembre 20, 2024

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El operativo policial en Ciudad Juárez contra migrantes: ¿solución o problema?

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Policías asustan a migrantes en Ciudad Juárez

Dentro de las decisiones tomadas por las autoridades en Ciudad Juárez, el centro de la crisis migratoria en el norte del país, se encuentra la de trasladar a los migrantes de la zona del río en el lado mexicano.

Dentro de las decisiones tomadas por las autoridades en Ciudad Juárez, que es el foco principal de la crisis migratoria en el norte de México, se incluye la medida de trasladar a los migrantes fuera de la zona del río en el lado mexicano.

A pesar de que el gobierno de Juárez y Migración están llevando a cabo una operación para disuadir a los migrantes que se acercan al Río Bravo con el objetivo de evitar que acampen y crucen ilegalmente a Estados Unidos, hay muchas personas que se acercan a ofrecer agua y comida a aproximadamente 700 migrantes que se encuentran en un campamento en el lado estadounidense, esperando a ser procesados.

Durante la visita de EFE a los operativos de la policía municipal de Juárez y el Instituto Nacional de Migración (INM), los migrantes no son detenidos, simplemente se les solicita que abandonen el río, mientras que algunos son persuadidos para subir a las patrullas y ser llevados a los albergues.

El viernes pasado, el comisionado de Migración, Francisco Orduño, sostuvo una reunión con el alcalde de Juárez, Cruz Pérez, y la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, con el fin de desarrollar estrategias para hacer frente a la crisis migratoria que está afectando a la ciudad fronteriza de México.

En Ciudad Juárez, que es el centro de la crisis migratoria en el norte de México, se ha acordado la evacuación de los migrantes que se encontraban acampando cerca del río en territorio mexicano. Estos campamentos albergaban a hasta 300 personas y representaban un riesgo de secuestros y asaltos para los migrantes.

El día de ayer, la agencia de noticias EFE informó sobre un operativo en el cual agentes del ministerio y de migración solicitan a las personas que se alejen de la zona del río Bravo. Aunque la mayoría se retira por un corto período de tiempo, tan pronto como las patrullas se van, regresan a sus puntos de reunión.

A una distancia de tres kilómetros de donde se están llevando a cabo las operaciones, pero en el lado de Estados Unidos del río Bravo, se encuentra un campamento con alrededor de 700 migrantes, muchos de los cuales han estado sin acceso regular a agua y comida durante más de 72 horas.

Decenas de personas de Ciudad Juárez han llegado hasta allí con ayuda humanitaria, principalmente agua y alimentos que han sido recolectados por la población.

Mónica Rangel mencionó que vivir en una zona fronteriza le ha permitido presenciar a muchas personas que se encuentran en situación de migración. Junto con algunos amigos, ella logró recaudar dinero para comprar agua y llevarla a los migrantes que se encuentran en el campamento cerca de la puerta 36.

Rangel mencionó que ha presenciado cómo los migrantes sufren de hambre y frío, incluso sin tener ropa. Expresó el deseo de brindarles la mayor ayuda posible, ya que sabe que pasan por situaciones muy difíciles, como atravesar la selva o viajar en La Bestia, según las historias que le cuentan.

Pidió a las autoridades de México que al menos haya lugares adecuados, ya que hace mucho calor y los migrantes están sufriendo de deshidratación.

Claudia Gutiérrez se encarga de difundir el mensaje religioso entre los migrantes, al mismo tiempo que les proporciona alimentos.

"Nosotros llevamos agua y comida (…) es importante que nuestra comunidad los entienda porque también somos padres con hijos. Me pongo en su situación y sería devastador que nuestros hijos murieran en el desierto", mencionó.

Mientras tanto, en un campamento donde se encuentran alrededor de 700 migrantes, situado en frente de la puerta 36 del muro fronterizo, los ciudadanos de Juárez están brindando ayuda.

Mauro Reyes, un migrante de Venezuela, se encuentra acampando en la frontera norte de Estados Unidos desde hace dos días. Él expresa su incredulidad ante el hecho de que un refresco se venda a 150 pesos, considerándolo una locura.

Reyes se quejó de la falta de sombra mientras estaba expuesto al sol, lo que le provocaba hambre, frío, sueño y calor. A pesar de querer comprar agua por 50 pesos, se encontró con que costaba 70 pesos, lo que refleja la dificultad que enfrentan los migrantes en esta parte de la frontera entre México y EE.UU. Afortunadamente, recibió ayuda de una organización civil presente en la zona.

Basado en un informe de EFE por Martín Coronado.

Este documento es propiedad de López-Dóriga Digital y está protegido por derechos de autor desde 2014 hasta 2021.

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