La extorsión es un delito que tiene un impacto directo o indirecto en todos nosotros y en la economía y sociedad del país.
Durante la primera mitad de julio, se registró un aumento del 14.33% en los precios de los productos agropecuarios en comparación con el año anterior, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor del INEGI. El aumento en los precios de frutas y verduras fue del 25.69%. Por otro lado, los precios en establecimientos de comida como loncherías, fondas, taquerías y restaurantes aumentaron un 5.96%, lo que representa casi un punto porcentual más que la tasa de inflación general del 4.98%.
Varios de estos incrementos en los precios se deben a los gastos extras que tuvieron que asumir los productores, transportistas, almacenistas, comerciantes mayoristas y minoristas de frutas y verduras, como resultado de los pagos a la delincuencia organizada. Por otro lado, los precios de los vendedores de comida preparada subieron con el fin de recuperar lo que les fue extorsionado por los delincuentes.
La extorsión es un delito que afecta directa o indirectamente a todos nosotros y a la economía y sociedad del país. Cada año, la extorsión y el robo le cuestan a las empresas del país alrededor de 6,800 millones de pesos, lo que equivale al 0.67% del PIB. Estas cifras son preocupantes y muestran la realidad diaria de muchos mexicanos que pagan para poder trabajar, vender o simplemente vivir en paz. Además, millones de personas tienen que pagar precios más altos por productos debido a los pagos que los extorsionadores exigen a los productores y proveedores de una variedad de productos y servicios que consumimos.
Diversas investigaciones han demostrado que la extorsión tiene un impacto directo en el aumento de los precios. Según un estudio, alrededor del 3% del aumento en los precios de alimentos, frutas y verduras se debe a la extorsión y el robo. Otro estudio realizado por el Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM señala que este delito puede incrementar la inflación general hasta en 2 puntos porcentuales. Por lo tanto, cada vez que pagamos más por nuestros productos básicos, estamos contribuyendo indirectamente a financiar a los criminales.
Diversos sectores como el comercio, los servicios, la agricultura, el transporte y la manufactura están siendo gravemente afectados. Los pequeños comerciantes se ven obligados a pagar cuotas mensuales elevadas para poder operar sin represalias, llegando a costar hasta 40 mil pesos. Los agricultores y jornaleros también deben pagar por el derecho de cultivar sus tierras, y los transportistas sufren extorsiones para poder transitar, teniendo que hacer pagos mensuales de entre 30 mil y 40 mil pesos.
En México, la mayoría de los casos de extorsión no son denunciados, ya que las víctimas temen represalias, desconfían de las autoridades, creen que estas están involucradas con los criminales, piensan que no habrá consecuencias y se desaniman por la dificultad del proceso de denuncia.
La extorsión es un problema grave que afecta la seguridad y la economía. Aumenta los costos de funcionamiento, daña las relaciones sociales y disminuye la confianza en las instituciones. Este problema impacta a todos, desde los negocios pequeños hasta los consumidores, y todos sufrimos las consecuencias de la impunidad. Es necesario que las autoridades y la sociedad se unan para eliminar este delito que está causando daños a nuestra economía y convivencia pacífica.
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