Murilo Kuschick
Uno de los grandes descubrimientos del mundo moderno ha sido la constitución de los partidos políticos. Los partidos políticos nos dirá tanto Duverger, como Giovanni Sartori, son herramientas, medios, -dirá Weber-, para acceder a una serie de fines, como la igualdad, la libertad, la justicia social, la distribución del ingreso, para el logro de distinto tipo de objetivos, para la persecución, la construcción de utopías las cuales llenan las expectativas y las aspiraciones de gran parte de la población del orbe.
Todas estas finalidades fueron y son propias de los partidos políticos, sin embargo, como alguna vez planteó, Jean Frocois Lyotard, el fracaso de las grandes narrativas como el socialismo, comunismo, es decir, las grandes esperanzas del pasado van siendo suprimidas o hay una insuficiente credibilidad en las mismas, tales discursos si bien no son sustituidos por nuevas utopías, sino los nuevos liderazgos, ya no piensan en la construcción de la totalidad del proyecto, sino el logro de las expectativas y aspiraciones del pasado mediante procedimientos pragmáticos.
De ahí que pasemos a una nueva etapa en que las fidelidades se cambian de los partidos hacia los líderes, líderes carismáticos que lo que promueven ya no es la adhesión a una idea con características milenarias, sino a modalidades más terrenales, como los populismos, nacionalismos, ideologías de corte más secular como soluciones que se afincan en la sapiencia popular, el valor de la nación, la unidad frente a los desafíos externos mediante estos mecanismos de orden elemental; protección de fronteras, expulsión del otro o del desconocido.
Este conjunto de medidas van siendo utilizadas y se han ido generalizando en países como Estados Unidos, Brasil, México, Rusía, Polonia, Austria, Hungría, Filipinas, con gobiernos que sin mucho discursos ideológicos e intelectualizaciones van promoviendo programas y propuestas qué no se realizan mediante un partido político, sino mediante organizaciones exprofeso creadas alrededor de un líder carismático y profético.
Este fenómeno, ahora que estamos ya en el proceso electoral de 2021 en México, lo podemos observar con los partidos y organizaciones políticas que en el 2018 fueron prácticamente barridas del espectro político del país, no que antes hubieran partidos políticos fuertes y constituidos que ofrecían a los ciudadanos alguna solución a sus demandas pero enmarcadas en algún barniz ideológico, pues desde un principio el Partido Revolucionario Institucional, antes el Partido Nacional Revolucionario (PNR) y luego el Partido de la Revolución Mexicana (PRM). El Presidente Plutarco Elías Calles crea esta organización política (PNR) como una forma para institucionalizar los distintos líderes de partidos locales y regionales que disputaban al poder político, tal organización entre 1928 y 1936 pudo ordenar la sucesión política y asumió muchas ideologías políticas, Lázaro Cárdenas con un programa socialista lo va a sustituir por el PRM que será sustituido por el PRI, que se crea en 1946; sin embargo éstas organizaciones políticas surgen como organizaciones de masas corporativistas que organizan a la sociedad de manera vertical incorporando a los campesinos, obreros y sectores sociales, los cuales a partir del intercambio conjunto de beneficios van apoyar a la élite partidaria y tienen fines electorales para elegir al ungido por el presidente de la república, como su sucesor, por lo tanto son máquinas partidistas y eran una agencia de colocaciones y así funcionó hasta el año 2000, cuando fueron derrotados por el candidato del PAN, Vicente Fox, otro líder carismático el cual fue sustituido por un funcionario del partido Felipe Calderón Hinojosa, quien nunca había disputado un puesto de elección popular. El Partido Acción Nacional (PAN), agrupación política creada por Manuel Gómez Morín, como un partido conservador católico pero con un programa liberal en materia económica, pero conservador en el ámbito de los valores y las costumbres va a ser asediado y luego conquistado por jóvenes pragmáticos con escasa inclinación ideológica doctrinaria, pero con aspiraciones de rápido ascenso social y por cuadros empresariales que buscan mediante el partido hacer a un lado al PRI. Un a prueba de esto fue el candidato del PRI, José Antonio Meade que como funcionario sirvió tanto al PRI, como al PAN.
De la misma manera el Partido de la Revolución Democrática que surge después de la experiencia de Cuauhtémoc Cárdenas y la Tendencia Democrática que intenta derrocar al PRI en la elección de 1988, pero es derrotado por Carlos Salinas de Gortari en una elección fraudulenta, el PRD surge de las cenizas del viejo Partido Comunista (PCM) y del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) de Heberto Castillo, quien le cede su posición a Cárdenas en la boleta electoral, con este partido López Obrador será candidato en dos ocasiones a la presidencia de la república en 2006 y 2012. Esta organización política después de la salida de AMLO entra en una crisis y se encuentra en vías desaparecer, ya que si bien enarbole ciertas demandas de la izquierda, así como el PT (Partido del Trabajo) no ha logrado mantenerse en la preferencia ciudadana.
Por último encontramos a Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) creado exprofeso por López Obrador para llevarlo a la presidencia de la república, partido heredero del nacionalismo revolucionario priista que aglutina decenas y centenas de personajes que han salido de las filas del PRI, PRD, PT y de otras agrupaciones políticas que se congregan alrededor de la figura del líder carismático y del programa sexenal de López Obrador y que guiado por su éxito o fracaso llegará a la elección del 2021 o del 2024 con el empuje que le heredará su líder, empero sin un programa y claras propuestas.
Esta breve reseña muestra la crisis político partidaria que se vive en México y muestra que las propuestas de partidos políticos como México Libre de Felipe Calderón y Margarita Zavala, Redes Ciudadanas de la maestra Elba Esther Gordillo, dirigida por su hija e yerno, la continuación del PES, Nueva Alianza muestran la escasez de ideas y de propuestas y capacidad para lograr representar a la ciudadanía y llegar a disputar de alguna manera el liderazgo de Morena, en la próxima justa electoral.
De las siete organizaciones políticas el INE únicamente aprobó a Encuentro Solidario, partido que se funda a partir de la experiencia que tuviera el extinto PES como partido confesional ligado a las iglesias evangélicas, lo que nos muestra la fragilidad y escasez de ideologías y de propuestas políticas.
Profesor-Investigador, Departamento de Sociología, UAM-Azcapotzalco, [email protected].