Por Sang-il Kim*

Recientemente, tuve la oportunidad de visitar los estados de Baja California Sur y Chihuahua, en donde pude constatar, de manera directa, las inversiones de las empresas coreanas Minera Boleo y la Planta Eléctrica de KST, que operan la Minería de Cobre y la Central de Ciclo Combinado Norte II, respectivamente.

Me pareció impresionante ver cómo estas dos compañías han generado, en total, mil 750 empleos directos, al tiempo que hacen frente a su responsabilidad social mediante la cooperación con las sociedades locales. Especialmente, la Central Norte II ha logrado trabajar con el pueblo indígena Tarahumara en proyectos de generación eléctrica con base en energías limpias, en este caso, con paneles solares instalados en escuelas primarias, en donde, sabemos, la electricidad es un recurso sumamente importante para el aprendizaje y el desarrollo de los niños.

Cuando visité la Minera Boleo, el alcalde de Mulegé me ofreció una ceremonia de bienvenida en la que me encontré con 40 niños que llevaban banderitas coreanas en sus manos bajo el himno nacional coreano y la bandera de mi país izada. Estoy muy agradecido y emocionado por todo este cariño y amistad que muestran al pueblo de Corea.

Ahora permítanme hablarles un poco sobre la relación bilateral entre Corea y México, que comenzó en 1905 con la llegada de mil 33 coreanos inmigrantes al puerto de Salina Cruz. Nuestra relación ha seguido fortaleciéndose de manera muy importante a la fecha, por lo que hoy Corea es el sexto socio comercial de México; para tener una mejor referencia, el volumen de comercio de ambos países alcanzó 19 mil 100 millones de dólares en 2017.

En materia de inversión, de acuerdo con estadísticas mexicanas, hoy operan en México más de mil 800 empresas coreanas, en donde se ha alcanzado una cifra de cinco mil 600 millones de dólares dentro del periodo 1999-2017. El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey estima que dicha inversión contribuyó en ocho mil 120 millones de dólares al crecimiento de producción en México, a su vez, se generaron 142 mil empleos directos e indirectos. Aunado a esto, 80% de las empresas coreanas ofrece un nivel salarial igual o superior al promedio de sus sectores, lo que significa empleos de calidad.

Por otra parte, las compañías coreanas en México impulsan el fortalecimiento económico a través de la competitividad industrial en materia de I&D y mejora de la calidad. Por citar un ejemplo, podría mencionarle a Posco México, una de las empresas de acero mejor posicionadas en este país y en el mundo, nominada por el World Steel Dynamics como la empresa No. 1 en competitividad del sector durante nueve años consecutivos, y que actualmente cuenta con seis plantas de elaboración de acero y de galvanización en México.

Me congratula saber que la presencia de Posco en México ha brindado mayores posibilidades a la industria automotriz mexicana, al contar con un proveedor de aceros estable y que produce bajo los estándares de la mayor calidad, de lo cual Volkswagen y GM han dado fe. Sumado a esto, las empresas coreanas tienen mucho interés en cumplir plenamente con su responsabilidad social, en donde se busca una retribución justa y de beneficio a las sociedades involucradas

Tal es el caso de KIA Motors, que, además de generar más de diez mil empleos directos en su planta armadora en el municipio de Pesquería, apoya en la capacitación de jóvenes del estado de Nuevo León a través de diversos programas. Por ejemplo, el programa de cooperación académico-industrial entre KIA Motors y el Tecnológico de Monterrey, o bien, la biblioteca móvil para niños y adolescentes. Por su parte, Samsung Electronics, que tiene 30 años de presencia en México tras el establecimiento de su fábrica de televisiones en Tijuana en 1988, realizó una donación de 22 millones de pesos y mil electrodomésticos a los damnificados del sismo del año pasado. Además, está liderando en los esfuerzos para la protección de corales en México, que representan hoy en día uno de los más importantes recursos naturales en el mundo.

Como podemos ver, la cooperación bilateral entre Corea y México es muy fuerte en los sectores económico y comercial. Ambas naciones trabajan fuertemente para continuar dando los pasos necesarios que permitan seguir fortaleciendo esta importante sociedad. En este sentido, durante la XIII Cumbre de la Alianza del Pacífico, celebrada en Puerto Vallarta en julio de este año, los presidentes de México, Chile, Colombia y Perú dieron la bienvenida a Corea como candidato a “Estado Asociado” para negociar en 2019 un Tratado de Libre Comercio con estos cuatro países. Este mecanismo es la vía más expedita para un TLC entre Corea y México, ya que Corea cuenta con tratados de libre comercio con los otros tres países.

La adhesión de Corea a la Alianza del Pacífico traerá beneficios mutuos para todos, por ejemplo: más inversión y empleos en México, además de mayor valor agregado en las exportaciones mexicanas; en cambio, a los coreanos nos permitirá disfrutar de los productos mexicanos agroalimentarios, así como de otros bienes y productos de excelente calidad.

Quisiera reiterar, a nombre de los coreanos, lo que para nosotros representa México: un país de increíble belleza y atractivo histórico y cultural, de importantes tradiciones, único en su gastronomía y rico en recursos naturales, pero, sobre todo, un país de gente amable y amistosa que ha sido la piedra de toque en la atracción de inversiones de las principales economías del mundo.

Todavía recuerdo muy bien uno de los momentos más importantes en mi experiencia como embajador, cuando miles de jóvenes mexicanos se presentaron en la embajada de Corea para celebrar el pase de la Selección Mexicana de Futbol a octavos de la Copa Mundial, en donde coreaban al unísono: “Coreano, hermano, ya eres mexicano”.

Finalmente, quisiera concluir con una frase hermosa del gran escritor mexicano Octavio Paz, que proyecta claramente el sentimiento coreano hacia México:

“El amor nace de un flechazo; la amistad, del intercambio frecuente y prolongado”.