El momento había llegado, y Lilly Ross no podía esperar a que la persona que estaba esperando cruzara la puerta para conocerla por primera vez. No era cualquier evento: el hombre con el que Lilly se reuniría es un vivo retrato de su marido, que lamentablemente se quitó la vida hace unos años. Y no es coincidencia, porque tienen literalmente la misma cara.
Lilly estaba casada con Calen Rudy Ross, su amor de la secundaria. Con 19 años, ambos estaban esperando a su primer bebé. Pero cuando Lilly tenía 8 meses de embarazo, y un año después de haber contraído matrimonio, “Rude” (como lo llamaba su esposa) decidió quitarse la vida, en un evento lamentable y muy triste. Luego del suceso, Lilly decidió donar varios de los órganos de su amado para posibles transplantes. Incluso, su cara.
Y por suerte, alguien pudo aprovechar esa donación. En junio de 2016, Andy Sandness, un hombre que trató de quitarse la vida mediante un balazo en la cara, fue la primera persona en la historia del hospital Mayo Clinic en recibir un transplante facial, en un procedimiento médico que duró alrededor de 60 horas. En la operación, le reconstruyeron los pómulos, nariz, mentón, boca y dentadura, para luego instalarle la cara del difunto Rude. Desde ese momento, Andy quiso conocer a la mujer que le permitió volver a la normalidad.
Cuando llegó el momento del encuentro, ambos se fundieron en un emotivo abrazo. Lilly se mostró sorprendida por el aspecto de Andy, y logró reconocer algunos rasgos de su querido Rude. “Tiene el mismo rubor de sus mejillas, y un pequeño lunar en su nariz. Pero de todas maneras yo veo a Andy, no tanto a Rude”, cuenta la chica.
Leonard, el hijo de Lilly y Rude, aprenderá muchas cosas del legado que le dejó su padre. Principalmente, el hecho altruista de elegir ser donante de órganos. “Estoy muy orgullosa de Rude, él fue capaz de ayudar a un montón de personas con su corazón, hígado, pulmones, riñones, páncreas…”, rescató Lilly.
En cambio Andy, quien esperó diez años para operarse el rostro, se mostró tremendamente agradecido hacia Lilly. “No sé si alguna vez podré agradecer lo suficiente por todo lo que me han ayudado. Es un regalo increíble; es imposible dar las gracias suficientes, el dinero suficiente…no hay nada que pueda hacer”, comentó. Y vaya que lo ha aprovechado, porque desde que se hizo el transplante, Andy consiguió un ascenso en su trabajo y comenzó a tener citas.
¡Un gran ejemplo de humildad y entrega!
Source: UPSOCL